La coalición social-liberal alemana consigue superar el peligro de crisis

Tras una sesión interminable de diez horas, el Parlamento de la República Federal de Alemania (RFA) ha rechazado la moción de censura presentada por la oposición contra el canciller Helmut Schmidt.

En la votación han tomado parte todos los parlamentarios de los dos bloques. Por solamente diez votos de diferencia, 253 contra 243, se ha hecho posible que continúe en el poder la coalición social-liberal.

La misma diferencia de sufragios ha respaldado el presupuesto de la cancillería. Esto significa un respiro para la socialdemocracia que ha superado el segundo escollo dentro de la crisis actual tras el debate sobre la reforma impositiva.

Falta todavía el obstáculo del Consejo Federal, segunda Cámara legislativa de la República, para que quede legitimada definitivamente esta reforma que significa el aumento de la tasa al valor añadido (TVA) en un 1 % (del once al doce), y la disminución del impuesto al patrimonio, de los grandes capitalistas. Pero al menos los social-liberales pueden permitirse una pausa veraniega sin graves complicaciones inmediatas.

El presupuesto militar

Se da ya por seguro que el presupuesto militar que se discutirá hoy superará igualmente el veto de la Democracia Cristiana, empeñada en recurrir al «no» generalizado para minar el terreno al Gobierno. Con todo el triunfo de los social-liberales en el Parlamento no significa más que el mantenimiento de la mayoría en el Bundestag y la fuerza del mandato imperativo por el que en una votación los diputados prescinden de sus convicciones personales para hacer propias las determinaciones de su fracción.Durante las intervenciones de los jefes democristianos Kohl y Strauss, éstos han insistido en acusar a Helmut Schmidt de graves irregularidades durante los seis primeros meses del segundo Gobierno presidido por el actual canciller, y sobre todo de falta de consideración de Schmidt para con el Parlamento al gastar más de 60.000 millones de pesetas, en 1973, cuando ocupaba el Ministerio de Finanzas sin previa consulta al propio Parlamento y fuera del presupuesto fijado para ese año. Schmidt ha respondido a esta acusación prometiendo una información exhaustiva sobre irregularidades similares a cuenta de anteriores Gobiernos democristianos.

Los democristianos, sin perspectivas de éxito

En los medios políticos federales se anticipaba ya el que la moción de censura a cargo de la Democracia Cristiana no tenía perspectivas de éxito y que además podía ser un arma que se volviese contra los mismos promotores. Con todo a la oposición le queda refugiarse en la mayoría absoluta con que cuenta en el Consejo Federal para obstaculizar cualquier gestión de gobierno, incluso respaldada por el Parlamento.Sin embargo, la Democracia Cristiana cuenta con poder ganar al final. Helmut Kohl ha dicho tras conocerse el resultado de la votación de anoche que se ha infligido una «grave derrota a la propia Constitución». Las leyes fundamentales del país -añadió- establecen que cualquier gasto extrapresupuestario debe ser previamente aprobado por el Parlamento federal, condición que no cumplió Schmidt al superar el gasto correspondiente a 1973».