No hay seguridad de que Ybarra haya sido asesinado
La suerte de Javier de Ybarra está todavía en manos de sus secuestradores, sin que éstos hayan adoptado, al parecer, ninguna decisión irreversible en contra de lo que señalaba un comunicado recibido ayer por la mañana en Radio Popular de Bilbao, según el cual, había sido ejecutado el sábado por la tarde y abandonado su cadáver en los bosques del monte Gorbea. Pese a que el comunicado se acompañaba de una descripción minuciosa del camino a seguir y de un rudimentario plano de la zona, las batidas que dio la Guardia Civil resultaron infructuosas.
Al propio tiempo, el diario bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco (empresa que preside el secuestrado) recibía después de las tres y media de la tarde una llamada telefónica en la que un comunicante anónimo, que se identificó como miembro de ETA, anunció que era falso que hubieran ejecutado a Ybarra. Para continuar con la tanda de rumores en torno a este caso, también ayer, a las cinco y veinte de la tarde, se recibió en Radio Nacional de Bilbao una llamada telefónica en la que se comunicaba que el cadáver de Ybarra había aparecido en la localidad vizcaína de Yurre, en la cuneta de la carretera Bilbao-Vitoria, en la misma dirección que el alto de Barázar, citado en el primer comunicado de la mañana. Posteriormente, pudo comprobarse que también era falsa esta segunda comunicación.Continúa, pues, el suspense en torno a este larguisimo secuestro que ayer cumplió un mes y que el sábado, a las tres de la tarde, rebasó el plazo dado por los comandos es peciales de ETA político-militar para que la familia entregase los mil millones de pesetas exigidos como rescate.
Los últimos acontecimientos en tomo a esta historia, se ajustan al siguiente orden cronológico. Poco después de las once de la mañana de ayer recibían en Radio Popular de Bilbao una llamada anónima en la que una voz de hombre preguntó a la telefonista si sabía euskera. Al decirle ésta que lo hablaba con dificultad, el comunicante, bastante nervioso, le dijo que iba a darle el recado en castellano. Seguidamente explicó que en el número 39 de la Alameda de Urquijo (en Bilbao) se había dejado una carta para la emisora. Señaló que la carta estaba en el primer buzón, pero no recordaba si en la parte derecha o en la izquierda. Después de decir que lo buscasen, terminó la comunicación. La voz, que tuteaba al otro lado del hilo telefónico, no parecía ser la misma. que en ocasiones an-teriores. ha llamado a Radio Popular para enviar algún otro mensaje de ETA.
Dos personas de Radio Popular siguieron las instrucciones y encontraron efectivamente la carta en la dirección citada. En su interior, una hoja de papel blanco tipo folio contenía el siguiente mensaje escrito con una máquina de oficina:
«Radio Popular de Bilbao: Javier de Ybarra fue ejecutado unas horas después de las tres de la tarde del 18 de junio de 1977
Situación donde se encuentra: carretera de Ceánuri a Vitoria. En el alto de Barázar tomar la pista que comienza junto al bar restaurante, a mano derecha, llegar hasta cerca de un local, especie de taller con tejado de uralita, blanca, y junto a éste un refugio particular. Unos metros antes de llegar al refugio hay una pista forestal.
Seguir este camino unos trescientos metros aproximadamente, y entre unos pinos, a mano izquierda, se encuentra su cuerpo. Está tapado con un plástico de color gris oscuro y con unas ramas. Todo lo que la familia hasta ahora ha comunicado es falso, portándose como tales.
Gora Euskadi askatuta, gora Euskadi Sozialista, Herri Armatua Inoiz, Ez Zanpatua ¡ ETA.» (Viva Euskadi libre, viva Euskadi socialista, el pueblo armado nunca será aplastado.)
Debajo del mensaje figura un plano esquemático en el que se describe con flechas el camino a seguir hasta alcanzar una pista de barro, que a los trescientos metros debía conducir al lugar en el que se encontraba el cadáver. Este lugar está señalado con un rectángulo en el que figuran las siglas RIP, con dos cruces en la parte superior y en el lateral y debajo las iniciales J. I. todo ello en un tono que a algunos hizo dudar de la autenticidad del comunicado. desde el primer instante.
Trasladados a la zona descrita, efectivamente pudimos identificar el taller con tejado de uralita blanca (una turbera que trabaja para la empresa Papelera Española, SA), el refugio y el camino de barro a mano derecha. La zona había sido minuciosamente detallada para su identificación y los datos respondían a la realidad, pero en los alrededores no se encontró ningún cuerpo.
El mensaje de Radio Popular había sido entregado poco después de su recepción al gobernador civil de Vizcaya y para el mediodía numerosos efectivos de la Guardia Civil, a la órdenes de un teniente coronel, se trasladaban a las estribaciones del monte Gorbea (en el límite de las provincias de Vizcaya y Alava) para batir todos los caminos, refugios, y cunetas, sin resultados positivos. Algunos trabajadores de la turbera y un pastor colaboraron en la búsqueda. Cerca ya de las cuatro de la tarde, en el radioemisor de la Guardia Civil pudimos escuchar que una llamada a la prensa había desmentido el primer comunicado. Poco después, los mandos abandonaban el lugar, así como los inspectores de policía, aunque se mantuvieron en la zona por algún tiempo algunas fuerzas de la Guardia Civil.
Efectivamente, a las 3.42 de la tarde, una oficina de El Correo Español-El Pueblo, Vasco (situada en la calle Ledesma, número 8), recibía una llamada telefónica con el siguiente mensaje: «Buenas tardes, aquí ETA. Es mentira. No hemos matado a Ybarra». Inmediatamente depués colgó el teléfono, sin que desde este lado del hilo hubiera habido tiempo para reaccionar.
Una periodista había llamado a Juan Antonio de Ybarra, portavoz de la familia, para darle noticia del primer comunicado a eso de la una de la tarde: Después de escucharlo, apenas sí pudo decir otra cosa que «gracias».
Pasadas las cuatro de la tarde, terminaba este extraño episodio que ha recibido las más variadas interpretaciones. Mientras que para algunos ha sido una gamberrada de pésimo gusto, realizada, eso sí, por alguien que conocía perfectamente la zona descrita, hasta otros que lo han entendido como un intento de desviar la atención de las fuerzas del orden, hacia una determinada dirección. Esta última interpretación no parece, sin embargo, tener demasiado sentido, si se tiene en cuenta que durante la operación de búsqueda no ocurrió nada destacable y tampoco fueron demasiado numerosos los efectivos movilizados en el primer momento.
Lo que sí puede señalarse es que se trata de una provocación más que no ha conseguido otra cosa que aumentar durante unas horas la ya de por sí grave angustia que padece la familia Ybarra desde hace un mes. Su portavoz, durante el largo período de tensión y espera, Juan Antonio Ybarra, declaraba al conocerse el preocupante comunicado de ayer: «No pierdo la esperanza de que haya sido un chiflado, ya, que el comunicado enviado a Radio Popular no tenía sello de ETA.»
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