Dos armas nuevas: V-1 y V-2
En 1944, los alemanes sorprenden al mundo con el lanzamiento de dos bombas volantes designadas por la inicial V de la palabra Vergeltungswaffe (arma de represalia). La primera de ellas, llamada V-1, no es sino un pequeño avión sin piloto (8 metros de largo y cinco toneladas de peso). Se catapulta desde una rampa inclinada, a la velocidad de 150 kilómetros por hora; luego, propulsada por un pulsorreactor y dirigida por un giroscopio, vuela a 560 km/h. y transporta a trescientos kilómetros una carga explosiva de quinientos kilos. Como es muy lenta y vuela a baja altura, la artillería y la aviación de caza inglesas derriban el 80% de las V-1 lanzadas. No ocurrirá lo mismo con el cohete V-2, que se eleva hasta los 100.000 metros y entonces, inclinando el ángulo de vuelo, se abalanza, por su propio peso, sobre el objetivo, que alcanza a la velocidad de 3.500 km/h. y sin que sea posible prever su llegada, pues se desplaza con mucha mayor rapidez que el ruido que origina.