_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un hombre de ciencia ficción

Werner von Braun pasará a la historia como el hombre de la ciencia-ficción; o mejor, el hombre que, como buen lector de esta fanta-ciencia fue capaz de imaginar la llegada del hombre a la Luna y, después, hacerla realidad.Pero sobre todo, Von Braun fue capaz de imaginar. De las V-2 que él no consideró y así lo declaró en su último viaje a España, como arma (pasó como con los aviones: empezaron por lo militar, y hoy no se concibe nuestra civilización sin ellos") a los cohetes Júpiter, o a los tres primeros viajes tripulados a la Luna. Von Braun no hizo más que, como Verne, ir llevando a las pantallas de los ordenadores electrónicos los datos de su inmensa imaginación.

Lector, en efecto de ciencia-ficción, opinaba que, aunque difícil sospechar cómo y dónde, era muy posible que hubiera otras vidas y otros hombres en el universo.

Más información
Ha muerto Von Braun, padre de la era espacial
Biografía
Dos armas nuevas: V-1 y V-2
Ha muerto Von Braun

En 1951, anécdota poco conocida, Von Braun asiste en Londres al II Congreso Internacional de Astronáutica. Con todo tipo de detalles, y ante el gesto de incredulidad de los sabios oficiales, Von Braun presenta un viaje científico a Marte. Da hasta fechas, minutos y segundos, ángulos de salida y de entrada en la atmósfera, y duración total de vuelo: 879 días.

Cuando en Madrid tuve la oportunidad de entrevistar a Werner von Braun, hice la pregunta casi obligada a los hombres del espacio: «¿Y si todos esos millones se dedicaran a la investigación oncológica, no se habría terminado ya con el cáncer?» La respuesta, entre sonrisas, fue tajante: «No lo sé. La, investigación contra el cáncer tiene su dinero. La espacial, el suyo.» No podía imaginar entonces Von Braun que precisamente el cáncer iba a acabarcon su vida.

Hombre de acción, dirigió el Centro de Desarrollo de Cohetes hasta que el quinto hombre llego a la Luna. Después, fue nombrado director de planes a largo plazo. «Y había allí tanto papel, que mi misión quedó resumida en firmar y firmar. Así que dejé la NASA.» Pasó entonces a la industria privada como vicepresidente de un gran consorcio aeronáutico. Y allí también fue capaz de imaginar y de construir el satélite que, en órbita, habría de transmitir los programas de televisión educativos para la India. Había convertido el espacio en una escuela. O en la posibilidad de serio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_