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Reportaje:

Comienza el ocaso de la educación autoritaria

El curso académico que ahora termina ha visto, junto a numerosos conflictos en la enseñanza, la derogación de la obligatoriedad de la política, la religión y la gimnasia en distintos niveles educativos. Con las famosas marías, que, total o parcialmente, acompañaron al estudiante español desde el parvulario a la Universidad durante años, se va uno de los vehículos de mayor contenido ideológico del régimen franquista. Karmentxu Marín ha elaborado la siguiente información.

«Resumen escrito: El Movimiento Salvador fue logrado por los mártires que cayeron, por los héroes que lucharon y por la providencial dirección de Franco, Caudillo de España, a quien todos debemos admiración, gratitud y respeto.Cuestionario: Explicar cuanto sepáis del Movimiento. Salvador de España. ¿A quién debemos el triunfo?»

El párrafo anterior pertenece a uno de los múltiples libros que los niños españoles de los años 40 y 50 tuvieron como texto en la escuela, una escuela que frente a la que ahora propugnan la mayoría de los partidos políticos, ha estado marcada hasta ahora por unas pautas autoritarias y dictatoriales que fueron más allá de la primera enseñanza y tomaron cuerpo en el Bachillerato y la Universidad a través de tres pilares constantes: la educación física, entendida en la línea de la Sección Femenina que la impartía, y de los campamentos del Frente de Juventudes; y, sobre todo, la religión y la formación del espíritu nacional, conocidas por las últimas generaciones como las tres marías.

El Bolelín Oficial del Estado del 22 de marzo pasado publicaba dos decretos de la Presidencia del Gobierno, por la que se excluían de los planes de estudio universitarios, como asignaturas, la educación física y la formación política. El 29 de diciembre de 1976 el mismo diario oficial hacía pública. una disposicion por la que dejaba igualmente de ser obligatoria la religión.

Con anterioridad a estas normas, se había suprimido la formación política de la Educación General Básica y se sustituía por una formación civica o educación para la convivencia. En los esbozos que se hacían de esta nueva disciplina se hablaba de contraste de pareceres, libertad de todos para exponer las propias opiniones y democracia. No obstante, los primeros libros que aparecieron sobre esta nueva área de conocimiento (Editorial Academia Nacional Politécnica, Madrid, 1977) provocaron una inmediata nota del Ministerio de Educación y Ciencia, en la que hacía constar que, aparte de que tales textos carecían de la preceptiva autorización, ésta se les había denegado expresamente «al comprender dicha obra aspectos diferentes del temario previsto en la orden ministerial de 29 de noviembre sobre educación para la convivencia». Días después, varios profesores empezaban a ser purgados por tener excesiva premura en aplicar a sus alumnos la nueva normativa.

Transmisión de valores

La tardanza en extirpar de los planes de estudio unas enseñanzas surgidas en el auge de la época gloriosa en la que se confundían educacion y adoctrinamiento y se impartía doctrina con poca justificación académica o formativa se explica, en parte, por la eficacia que tales enseñanzas tuvieron como correa de tránsmisión de los valores de la España eterna surgida a raíz de 1936.La -religión y la formación política -también llamada formación del espíritu nacional- no sólo han venido dejando impronta por sí mismas, sino que han impregnado el enfoque de prácticamente todas lasmaterias, principalmente las humanísticas, y de éstas, como predilección, la historia. Y así, puede leerse en Vida social, cuarto curso, de Ediciones S. M., 1967: «Hace pocos anos, en 1936, hubo otra guerra parecida a la de la Independencia, llamada guerra de Liberación. Los buenos españoles, enemigos del comunismo de los masones y marxistas que llevaba a la Patria a la ruina, se levantaron con la mayor parte del Ejército a las órdenes del general Franco, contra el Gobierno de la República.(..) Desde entonces reina la paz en Espana y todos buenos españoles, con la ayuda de Dios, trabajan unidos para engrandecer a la Patria ... »

En un reciente suplemento de¡ Boletín del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados de Madrid, dedicado a la Enseñanza y política, en España, 1940-1960, aparecen numerosas muestras y análisis de la doctrina impartida en las escuelas desde 1939. Y así, junto a textos en los que puede leerse que « España es el más hermoso país del mundo, porque ninguno tiene pueblos tan bonitos, ni cielo tan azul, ni aire tan sano ni niños tan buenos», y que «la historia de España es más bonita que ninguna, porque es la historia de un pueblo consagrado a defender a la Madre de Dios», se cita la orden de 20 de abril de 1939, donde se dan nombres nuevos a los grupos escolares de Madrid para «hacer desaparecer de la circulación literaria, de la propaganda oral y escrita, y sobre todo de los instrumentos pedagógicos, los nombres de aquellas personas que más influyeron en la gestión y desarrollo de la nefasta revolución». Baste citar, como botón de muestra, que el grupo escolar Catorce de Abril pasó a llamarse José Calvo Sotelo; el Pablo Iglesias, José Antonio Primo de Rivera; el Nicolás Salmerón, General Mola; y el Pí y Margall, General Sanjurjo.

Las últimas estrellas

«... Proclamada la República -dice otro libro de historia de la época gloriosa- ésta ha puesto a España en trance de perecer, salvándose, y con ella la civilización cristiana, gracias al Glorioso Movimiento Nacional (... ) a través del cual el Ejército y el pueblo español se han cubierto de gloria. España está de nuevo en la hora del Imperio. A las órdenes del Caudillo, recordando la doctrina impecable de José Antonio, todos los españoles debemos rivalizar en el sacrificio y en el heroismo para levantar a la Patria hasta la altura de las últimas estrellas. ¡Arriba España! » Religión y política, entremezcladas y confundidas al amparo de la normativa de un Estado confesional y una Iglesia privilegiada, se expendirán al público escolar en el mismo talego. Por algo «la Virgen protege y ayuda siempre a los españoles cuando luchan contra los enemigos de nuestras creencias» o, como se explica al final de una lectura, en un derroche de cientifismo: «Una de las carabelas se llamaba Santa María. Y América fue descubierta el día de la Virgen del Pilar. ¿No demuestran estas coincidencias que Dios premió a España a petición de su Madre, agradecida?» En definitiva, «servir a Dios es servir a la Hispanidad y viceversa-, como explica la Historia Universal de Ediciones Bruño, editada en Madrid, en 1949. Tras las disposiciomes que han deado sin vigencia las enseñanzas de mayor contenido ideológico de vieja época y la nueva etapa que, a partir de ahora, puede abrirse, cabe desear que el próximo curso vea el comienzo del lavado de cara que, junto a profundas transformaciones estructurales, necesita la educación en España.

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