Ruedo Ibérico instalará una parte de sus oficinas en Barcelona

José Martínez acaba de llegar a España por primera vez desde 1948, año en el que atravesó el río Bidasoa -naturalmente sin pasaporte- en busca de un exilio. Tras él dejaba una condena de doce años y un día por asociación ilegal. Martínez pertenecía al Movimiento Libertario y a la FUE. En la actualidad su nombre va indisolublemente unido a un experimento editorial de indudable proyección política, Ruedo Ibérico, que desde 1961 intenta servir de plataforma y tribuna de aquellas voces silenciadas y perseguidas en el interior.

«El primer título que publicamos -declaró a, EL PAIS José Martínez- fue La guerra civil española, de Hugh Thomas. Desde entonces hemos publicado cerca de 150 títulos, de los que quedan sin autorizar en España unos 35,fundamentalmente los de la última época. Quiero señalar expresamente un caso que considero aberrante: El laberinto español, de Gerald Brennan, continúa prohibido.»

-Uno de los libros del Ruedo Ibérico de mayor espectacularidad fue, a nuestro juicio, Operación Ogro, sobre el atentado a Carrero Blanco. ¿Qué puede comentar sobre el libro?

-Operación Ogro es un texto que conozco, que me leo de cabo a rabo delante de Wilson y que yo pretendo, editar. Acepto la edición que me proponen y, en definitiva, lo coeditamos con Mugalde. Calculo que se vendieron veinticinco o 30.000 ejemplares hasta el momento en que el ministro del Interior francés prohibió la venta.del libro en castellano.

-Hubo un tiempo en el que se cuestionó la veracidad de lo relatado en el libro, incluso en ámbitos de la izquierda. ¿Cuál es su opinión al respecto?-Bueno, creo que es absolutamente auténtico y directo por todo el aparato documental que aportaron. Lo que desde luego no me podía imaginar es que algún día se pusiera en duda su autenticidad.

-¿Qué hay de cierto en la posibilidad de que Ruedo se instale en España?

-Desde el pasado 21 de febrero de este año tenemos una sociedad con sede en Barcelona y estamos a la espera de que se nos conceda el número de editores. Nuestros planes son los de continuar con nuestra tarea editorial en París. En Barcelona reeditaríamos algunos títulos de nuestro fondo y los que el nuevo nivel informativo del país permita. Uno de los primeros libros que publicaríamos en España sería el de Soutworth sobre Guernica.

-¿Cómo resumiría usted la línea editorial de Ruedo Ibérico?

-Bueno, en líneas generales hemos editado pocos libros de teoría. Nos interesa sobre todo los libros de los marxistas heterodoxos y de los libertarios. Lo que más hemos publicado. han sido libros críticos del franquismo, con un tono informativo y libros de historia.

En gran medida la política editorial de Ruedo Ibérico ha sido dictada por el Miniterio de Información y Turismo, puesto que pretendíamos ser el antiministerio. Se puede decir que Fraga -entonces ministro de Información- fue el antidirector literario de Ruedo. A su campaña de los XXV años de paz opusimos el Informe español 1966, en el que se recopilaban 3,3 ensayos. que analizaban la situación española desde múltiples perspectivas. Sin embargo, el libro que más me satisfizo personalmente fue el de España 62, voluminosa recopilación de textos clandestinos, fotografías y chistes sobre los sucesos de aquel año en los que la huelga de Asturias ocupó el centro de la actualidad. En 1969 publicamos un libro, Los olvidados, que pretendía conmemorar el treinta aniversario del exilio español. Otro de los libros que tuvo una importante repercusión fue el de Jesús Ynfante sobre el Opus Dei, aunque en la actualidad es ya un libro sin ventas. Por supuesto, recibimos muchísimas cartas, amenazas, intentos de pleitos, etcétera, pero en definitiva creo que saneó bastante la vida pública y contribuyó en alguna medida a una toma de conciencia sobre el Opus Dei.

-Usted acaba de decir que continuarán editando en París, ¿quiere ello decir que no ven muy claro el futuro inmediato de este país?,

-Evidentemente, aunque el nivel de permisividad se ha levantado en grados inverosímiles, esta permisividad no está respaldada por textos legales claros, lo que nos permite sospechar alguna dificultad para editar determinados textos. Por eso seguimos editando en París, a la espera de que se disipen definitivamente las dudas.

José Martínez, fundador y director de la editorial Ruedo Ibérico, acaba de visitar Madrid después de veintinueve años. Entre sus proyectos inmediatos está el editar un libro de Attali, Ruidos, asesor económico de Mitterrand, y las memorias de García Oliver. En el próximo otoño, salvo dificultades administrativas, las librerías de este país comenzarán a exhibir algunos títulos del fondo editorial de uno de los experimentos más sugestivos del mundo bibliográfico y, sin duda, de una de las editoriales absolutamente claves para la comprensión de la historia española del siglo XX.