Las constructoras pueden utilizar las zonas verdes mientras duren las obras

Las constructoras pueden, en Madrid, utilizar las zonas verdes que como cesión de viales han de aportar al Ayuntamiento, de acuerdo con los planes urbanísticos en vigor en la ciudad. Esto es lo que se desprende de lo que está ocurriendo en el solar que antiguamente ocuparan las Escuelas Pías, en la calle de Donoso Cortés. Una vez comenzadas las obras por parte de la empresa promotora -Sagar-, ésta ha ocupado una franja de treinta metros de profundidad en la calle de Joaquín María López que, de acuerdo con el Plan de Reforma Interior del Ensanche Antiguo, se convierte, nada más derribarse la edificación que los ocupe, en una zona verde de uso público.

Entre los meses de septiembre y octubre del año pasado, tras un largo trámite administrativo, se derribó el edificio que albergaba a las Escuelas Pías de San Fernando en la manzana comprendida entre las calles de Donoso Cortés, Gaztambide, Joaquín María López y Andrés Mellado. Según parece, el precio de la transación de propiedad que se realizó entre los padres escolapios y la empresa promotora Sagar, ascendió a unos setecientos millones de pesetas, en tanto que el precio del edificio, si se tuviera que levantar hoy, ascendía a unos doscientos millones de pesetas.De acuerdo con el Plan de Reforma Interior del Antiguo Ensanche, en el que está comprendido, esa manzana, se ha de dejar, en el momento de comenzar la edificación, una franja de treinta metros de profundidad que la empresa propietaria, Sagar, en este caso, ha de ceder gratuitamente al Ayuntamiento como zona verde de uso público. Sin embargo, una parte de esa franja es utilizada como aparcamiento de los coches de la obra; otra para la construcción de las casetas de la misma, y la parte restante, como almacén de materiales.

Cuando esto ocurre, abril de este año, la Comisión de Padres de Familia y presidentes de comunidades del barrio de Argüelles presenta una denuncia ante la Junta Municipal de Distrito e inmediatamente el presidente de la misma, señor García Alarilla, ordena la suspensión de la construcción de las casetas de obra y pasa informe a la Gerencia Municipal de Urbanismo, para que se pronuncie sobre el tema. Paralelamente, la misma comisión eleva una denuncia similar, días después, a la misma gerencia.

Los técnicos de Gerencia, convencidos de la irregularidad que se estaba cometiendo, presentan al gerente. Valentín Barriga, una propuesta de paralización de las obras. Sin embargo, el señor Barriga decide dar la autorización municipal, en base, según se rumorea entonces, a que había llegado a un acuerdo previo con la constructora sobre este tema. Anteayer, día 26 de mayo, se recomienda la construcción de las casetas de obra.

«La cesión está perfectamente realizada por acta notarial», declaró a EL PAÍS el gerente municipal de Urbanismo, Valentín Barriga. Pero hay que tener en cuenta que, de momento, el Ayuntamiento no puede acometer la obra de ajardinamiento de esos metros cuadrados. A cambio de dejar a la constructora utilizar ese terreno durante el tiempo que dure la obra -y yo calculo que eso no sobrepasará el año y medio-, nos encontraremos con el terreno ajardinado cuando haya terminado toda su promoción.»

La duda que los vecinos de esta realización tienen es que, si ya se ha dato tal autorización, los promotores aprovecharán para vender la zona verde a los futuros compradores de pisos, con lo que será un respiro verde que perderá el barrio.