España y Francia estudiarán la situación de sus intercambios comerciales
«No he venido a hacer la guerra (comercial), sino a estudiar fórmulas de convivencia», declaró anoche, en París, el ministro español de Comercio, José Lladó, al terminar su entrevista, de hora y media, con el ministro francés de Comercio Exterior, André Rossi.El «proteccionismo» francés, consecuencia de la alarma que ha causado en este país el superávit de la balanza comercial española en 1976 (siempre había sido deficitaria), estuvo en el centro de la conversación que mantuvieron los dos ministros.
El señor Lladó destacó ante sucolega que el saldo positivo español había que examinarlo teniendo en cuenta un detalle sustancial: que, en gran parte, se debe a las exportaciones que realizan en España empresas francesas.
Argumentó también que con el resto de los países de la CEE España es deficitaria por valor de 2.000 millones de dólares, cantidad que sumada a los 4.000 millones de déficit con los píses de la OPEP, hacen que el déficit español sea uno de los ibás abultados de los países industrializados.
Los dos ministros abordaron de manera más detallada el problema de las exportaciones de productos siderúrgicos españoles, contra las que Francia está dispuesta a luchar con medidas adecuadas. Otro tanto ocurre con algunos artículos domésticos y con los productos textiles. La cuestión de la pesca, «más por las consecuencias sociales que económicas», anotó el señor Lladó, fue estudiada. El ministro español, de una manera general, declaró haberle expuesto a su colega galó que para calmar la «inquietud» de los productores franceses era necesario estudiar objetivamente cada caso e intentar remediarlo de la manera más conveniente o menos perjudicial.
Sobre la adhesión de España a la CEE, el señor Lladó se mostró convencido de que Francia, como el resto de los países, no se opondrá oficialmente, pero «los nueve ya tienen actualmente problemas serios entre ellos y la entrada de España hay que reconocer que planteará problemas técnicos dificiles»
El ministro fue interrogado por los periodistas españoles sobre una eventual devaluación de la pesetas, y respondió: «No habrá devaluación después de las elecciones-, aunque también hay que tener en cuenta que, para entonces, yo no sé si seré ministro.»
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