Buero Vallejo no será senador

En el número de Opinión, de fechas 30 de abril al 6 de mayo, se publicó una información titulada Los «tapados» del Rey, en la que se especulaba acerca de los futuros senadores que podrían ser objeto de designación regia, y entre los cuarenta nombres citados como más probables figuraba el mío. Leí tal información con profunda extrañeza, pues ni yo había dado el menor paso en tal sentido, ni nadie me había sugerido tal posibilidad. Por ello escribí de inmediato a dicha revista declarando mi sorpresa y mi propósito de no figurar, ni cómo senador ni como diputado, en las próximas Cortes. En el siguiente número del mencionado semanario, correspondientes a las fechas del 7 al 13 de mayo, no aparece mi carta, probablemente a causa de un lógico y riguroso criterio de publicación de cartas abiertas, según su orden de llegada. Pero como yo entiendo que mi aclaración a la información antedicha es, en cierto modo, urgente, mucho le agradecería a usted, quisiese pu blicar la presente lo antes que le fuese posible; pues la información de Opinión ha sido ya reproducida por otros periódicos y, tal vez, sea más rápida la aparición de mi aclaración en un diario que en un semanario. En resumen, de lo que deseo dejar constancia es de lo siguiente: 1.º, que no aspiro a obtener el honroso titulo de senador, ni el de diputado, en las Cortes venideras; y 2.º, que si más adelante -aunque no está en mi ánimo- aspirase a alguno de ellos, no entendería personalmente otra forma de obtenerlo, que la que se derivase de una elección por sufragio popular. Como, evidentemente, la información a que me refiero carecía de todo fundamento en mi caso, estimo que las presentes líneas no, faltan al respeto debido a las actuales normas de designación y elección electoral para ambas Cámaras.