Descubierta una presunta espía en la Cancillería Federal de Bonn

El canciller Helmut Schmidt puede verse repentinamente marcado por el mismo destino que su predecesor, Willy Brandt, obligado a retirarse de la jefatura del Gobierno tras la identificación de su ayudante, Guenther Guillaume, como «agente de una potencia extranjera».

Un nuevo caso de espionaje dentro de la Cancillería ha movilizado a la Administración alemana a impulsos del «fantasma de la dimisión». El ministerio fiscal de la RFA ha comunicado, desde Karlsruhe, que se ha detenido a una mujer, técnica adscrita a la Cancillería, Dagmar Kahlig-Scheffler, bajo acusación de espionaje en favor de un país oriental, presumiblemente la RDA. El departamento en el que prestaba sus servicios es el de Asuntos Extranjeros, dependiente de la jefatura del Gobierno, donde ingresó el 1 de diciembre de 1975. Si se confirmase la actividad de la sospechosa, este caso sería el segundo que se descubre en la Cancillería, desde que, en la primavera de 1974, la policía identificó a Christel y Guenther Guillaume, este último inmediato colaborador de Brarldt. El matrimonio Guillaume fue condenado en el proceso que siguió, a ocho y trece años, respectivamente. Entre los dos casos parece haber una diferencia sustancial: mientras que Guillaume era «informador» del jefe del Gobierno para . asuntos relacionados con el Partido Socialdemócrata (una especie de intermediario entre Brandt y su propio partido), esta vez el alcance puede ser mayor, si se demuestra que la técnica detenida tenía acceso a documentos sobre relaciones de la RFA con el resto de Europa. El carácter de primacía económica y política que ostenta la RFA dentro del contexto europeo habría atraído a un número creciente de espías, lo cual podría explicar lo que el fiscal del Estado observa como «una reactivación inusitada de la actividad informativa» en favor de los países del bloque socialista.