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Ha muerto el ex canciller alemán Ludwig Erhard

Los partidos alemanes reconocen el valor político del ex canciller

La desaparición de Ludwig Erhard, eficiente e incómodo, además de padre del milagro alemán, del marco y de la economía social de mercado, ha suscitado en los partidos mayoritarios alemanes una corriente de sentimientos que deja traslucir el clima de discrepancias que suscitó durante su actividad en el Gobierno, como ministro y como canciller.El presidente federal alude en su nota de condolencia a «la convicción, gran humanidad, experiencia y conocimientos» del ex jefe del Gobierno desaparecido. Walter Scheel señala también que «se ha proyectado sobre el mandato de Erhard una sombra que hace que su figura haya quedado desdibujada, presentando una naturaleza muy distinta a la real». Erhard, dice también el presidente, «es una figura que pertenece ya a la historia». El jefe socialdemócrata, Willy Brandt, reconoce, en su telegrama enviado al jefe democristiano Helmut Kohl, que el ex canciller y diputado más anciano «prestó a Alemania servicios permanentes». El jefe liberal, Hans-Dietrich Genscher, recalca que «Erhard irá siempre unido a la recuperación económica y política de la RFA». «El objetivo de la consolidación y ampliación de nuestra economía de mercado le granjeó amigos por encima de los límites de los partidos». En este sentido, el ministro de Economía, Friderichs, ha añadido: «Nos proponemos mantener y perfeccionar el sistema económico de mercado que él creó. »

Un gran compañero

La Democracia Cristiana, a la que pertenecía Ludwig Erhard, ha sido la primera en reaccionar ante su muerte. Según Kohl, el partido «ha perdido un fiel amigo, un gran compañero y un luchador irreductible en favor de la libertad y del derecho». Como Walter Scheel, Brandt y Genschr, también Kohl ha valorado a Erhard como « figura que ya es historia».Aparte del carácter ritual de las muestras de condolencia, sus compañeros de partido, sus antiguos aliados, los liberales y los social -demócratas recuerdan sin duda el contenido del último discurso de Ludwig Erhard, hace exactamente un mes, cuando los primeros políticos del país acudieron a una recepción para felicitarle en su ochenta cumpleaños. Erhard pronunció duras palabras movidas por la amarga impresión que dejaron en él las asechanzas de sus compañeros de partido y la defección liberal, que le obligó a ceder la cancillería en 1966. En el último homenaje recibido por él, Erhard dijo, sin disimular los destinatarios de la alusión, que hay tres categorías que no soportaba: «los hombres pragmáticos, los oportunistas y los conformistas». Apenas hubo quien no aplicase un adjetivo a cada uno de los partidos en el poder. Su última denuncia fue contra «la falsificación de la economía social de mercados». El ex Canciller Erhard creyó hasta el último momento en que el sistema capitalista tenía una salida social para el bien común.

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