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Los remolacheros pretenden aumentos de precios

El próximo día 12 se discutirá en el seno del Consejo General del Fondo de Ordenación y Regulación de Precios y Productos Agrarios (FORPPA) la propuesta de regulación de la campaña remolachero-azucarera 1977-78. El punto más importante de discusión girará -como viene ocurriendo en los últimos tiempos- sobre el nuevo precio de la remolacha en el marco de unas condiciones generales muy concretas y definidas: la voluntad del Gobierno de no entrar en colisión con los agricultores antes de las elecciones y la política claramente electoralista en un afán de ganar votos cara al 15 de junio. Estas coordenadas no dejan de ser peligrosas en el marco en el que se desenvuelve el sector remolachero-azucarero.

El precio actual de la remolacha entregada en fábrica es de 3. 100 pesetas /tonelada, y las propuestas de incremento oscilan entre las cuatrocientas que solicita el sindicato oficial y las novecientas que propone la Coordinadora Estatal.Ante estas peticiones y dada la importancia que este envite tiene de cara al consumidor, sector y Gobierno, conviene hacer una serie de precisiones para centrar el asunto.

Crecimiento de siembras

Hay que señalar que la remolacha de la actual campaña está sembrada en su totalidad y, a pesar de no conocerse los precios, la amplitud de la siembra fue tal que el Gobierno se vio precisado a subir el objetivo de producción de. ocho a 9,2 millones de toneladas. Ello parece significar que el actual precio es rentable y razonable, incluso para la nueva campaña.Otros do factores dignos de consideración indican que mientras el índice general de precios percibidos por los agricultores subió en las últimas campañas un 25 %, el de la remolacha lo hizo en un 52 %, y que nuestro actual precio de la remolacha es más de un 25 % superior al de la mayor parte de los miembros de la CEE.

Pese a estos niveles no queda ahí la situación, ya que ni existe peligro de desabastecimiento ni las cotizaciones de este producto en el mercado internacional son elevadas.

En efecto, las existencias de azúcar en España, cuando finalice la campaña 1976-77, se elevarán a 460.000 toneladas, es decir, más del 40 % del consumo nacional. Estos stocks sé verán incrementados a más de 600.000. toneladas al -término de la campaña de 1977-78, lo que supondrá casi un 55 % del consumo anual interior. Por si esto fuera poco, resulta que el coste de almacenamiento y. financiación de estos stocks -que deberá correr a cargo de la industria, los agricultores y la Administración- serán del orden de tres pesetas el kilo. Dadas las buenas perspectivas de la campaña 1977-78, es previsible que los stocks existentes a finales de la presente campaña deban almacenarse al menos un año, lo que supondrá unos costes próximos a los 1.400 millones de pesetas.

Respecto a la situación del mercado mundial, cabe significar que las cotizaciones internacionales se sitúan en tomo a las dieciséis pesetas/kilo para el azúcar crudo" lo que significa que el azúcar adquirido en el mercado mundial podría llegar al consumidor español, ya refinado, a unas veintiséis pesetas/kilo, precio notablemente inferior al nuestro. Esta situación indica la imposibilidad de exportar nuestros stocks si no es con primas de elevada cuantía.

Repercusiones en el consumo

Por otra parte, cabe hablar de la repercusión de una subida del precio de la remolacha sobre el precio al consumo del azúcar. La Administración subvenciona el precio al consumo del azúcar en 3,20 pesetas/kilo al no haberse querido repercutir en el coste final las diferentes alzas de precios de la remolacha y costes de fabricación. Todo parece indicar que esta operación, que está costando al Gobierno más de 3.500 millones de pesetas, finalice antes del primero de julio, colocándose el precio al consumo del azúcar blanquilla a granel a unas 36 pesetas/kilo. La propuesta del sindicato oficial significaría un aumento en los precios al consumo, sin incrementar para nada el margen de fabricación de la industria, de tres pesetas/kilo, y la de la Coordinadoia Estatal implicaría un aumento de siete pesetas, con lo que el precio del azúcar se colocaría a 39 ó 43 pesetas/kilo, respectivamente.

Estructuras desordenadas

Los actuales precios de la remolacha están distorsionando en diferentes zonas la ordenación de cultivos en detrimento de productos en los que el país es deficitario, tales como el maíz, los forrajes o el algodón.Todo sistema indiscriminado de precios agrarios crea un grave problema de rentas diferenciales, sobre todo en una agricultura como la nuestra, en la que, junto a grandes explotaciones, coexisten otras pequeñas. El sector remolachero no escapa de esta consideración, ya que el número de cultivadores que tienen menos de cinco hectáreas representa el 78 % del total y aportan sólo el 28 % de la producción nacional, mientras que los cultivadores con más de cincuenta hectáreas suponen el 1,5 % del total y aportan el 34 % de la producción. Ello da lugar a que, mientras los actuales precios de la remolacha generan elevadas rentas en favor de las grandes explotaciones, las pequeñas se encuentran a niveles de subsistencia.

A pesar de ello, la mejora de las rentas de las pequeñas explotaciones agrícolas no es razonable abordarla a través del constante incremento de los precios que no les beneficia, sino a través de otra serie de reformas que tenga como objetivo el sostenimiento de sus rentas, modificaciones que el actual Gobierno no parece -porque no puede- dispuesto a abordarlas.

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