¿Musa de Alianza?

¡Qué lástima de espacio el que me dedica Francisco Umbral en EL PAIS! Porque normalmente es el que destina a los grandes políticos, jefes de Gobierno y jefes de partido. Yo no soy más que una aspirante a senadora por la provincia de Alicante, en Reforma Democrática y con toda la moral de los alcoyanos.De todo lo que me dice en su artículo me resultan pasables casi todas las atenciones, salvo una. Permítame que le rechace el título de «Musa de Alianza Popular», porque, a pesar de que él distribuye estos títulos a diestra y siniestra, yo, que soy burócrata y funcionaria del Estado, solamente le aceptaría el diploma de musa si Umbral hiciese oposiciones a técnico de musas del Estado.

Por lo demás, la irritación es mala consejera del humor. Cuando se practica el humor como oficio hay que tener cuidado porque, a veces, debajo de él puede aparecer el mal humor. Yo comprendo que le sentará mal el que yo no asistiese a la conferencia que Umbral pronunció en el Ateneo cuando yo era presidenta de aquella casa, atención que nunca le he agradecido bastante, aunque allí prefirieran a los escritores de izquierda de toda la vida y él ya había próriunciado conferencias, in illo tempore, en los cursos de Santander organizados por la Secretaría General del Movimiento, cuando el Movimiento era el Movimiento y yo todavía no estaba de delegada nacional de Cultura. Por entonces yo escribía la biogriafia de Emilio Castelar.

Agradezco la propaganda electoral que se me hace, porque Umbral tiene muchos lectores que hacen todo lo contrario de lo que dice y, a lo mejor, me votan.

Le aconsejaría que no se refiriera a los del Ateneo, porque indiscutiblemente desconoce todo lo de aquella docta casa. Más le valdría dejar estas historias y dedicarse a comprar pan, que es lo suyo.