Entrevista del Papa con el primado anglicano

El arzobispo de Canterbury, Donald Coggan, primado de la Iglesia anglicana, se entrevistó ayer por la mañana con el papa Pablo VI. Se trata de la tercera visita que un jefe anglicano hace a un Papa católico. El 2 de diciembre de 1960, Geoffrey Francis Fisher visitó al papa Juan XXIII y el 13 de enero de 1966 Michael Ramsey se entrevistó con Pablo VI.

A la entrevista, que duró hora y media, asistieron por parte anglicana John Howe, secretario general del organismo que agrupa a las veintitrés iglesias anglicanas y Edward Knappfisher, canónigo de la abadía de Westminster. Por parte católica, al lado de Pablo VI estaban el cardenal holandés Jean Willebrands, presidente del secretariado pontificio para la unión de los cristianos y el arzobispo español Ramón Torrella Cascante, vicepresidente del citado organismo.Pablo VI recordó el lema de los pioneros ingleses del acercamiento a Roma: «La Iglesia anglicana, unida, no absorbida», preconizando que la fraternidad anunciada por el Evangelio no tiene que ser un puro sueño, sino que va traducida en actos.

Por su parte, Donald Coggan ha recordado los casi veinte años de camino hacia la unión de las dos Iglesias y ha anunciado la presencia en el próximo sínodo anglicano, que se celebrará en 1978 en Canterbury, de tres representantes de la Iglesia católica. Mañana Pablo VI y Donald Coggan asistirán a un rito litúrgico en la Capilla Sixtina; pasado, Coggan después dé visitar la tumba de San Pedro partirá para entrevistarse con el patriarca ecuménico Dimitros. Coggan, que fue nombrado jefe de la Iglesia de Inglaterra en mayo de 1974, concluirá su viaje ecuménico en Ginebra en el Consejo Mundial de las Iglesias.

Después de casi cuatro siglos y medio (1531-1977) cristianos romanos y cristianos anglicanos vuelven a confrontarse sobre el tema del primado del Papa en la Iglesia. El conflicto comenzó en el 1300, cuando los cristianos ingleses no podían soportar los gravámenes fiscales que Roma les imponía. Hoy, tanto Pablo VI como Coggan, frente a la amenaza de una sociedad sin Dios tratan de superar las viejas barreras, con la unidad en la diversidad.

El último documento aprobado en Venecia por una comisión mixta a fines del año pasado habla del primado de Roma con un lenguaje desacostumbrado para la Iglesia católica. Comentándolo el teóIogo Christophe Dumon, consejero del Secretariado Vaticano, ha dicho que suscita sorpresa, pero que no se ve cómo se pueda ceder en el lenguaje tradicional jurídico ele la Iglesia como derecho divino y poder sin el riesgo de perder con la terminología eI contenido. Otro tema de discusión es la mujer-sacerdote. En las Iglesias anglicanas norteamericana y neozelandesa existe la ordenación sacerdotal de la mujer mientras en la Iglesia anglicana inglesa se va hacia ella. La Iglesia católica acaba de decir rotundamente no.