Alarma en la industria del cinc por el proteccionismo USA

Los exportadores españoles del sector del cinc se encuentran alarmados ante las restricciones que las autoridades norteamericanas están aplicando a sus envíos a ese mercado. Hace pocos días, el Gobierno decidió aplicar un derecho compensatorio transitorio del 4% -véase EL PAIS del 14 de abril- a las importaciones de cinc procedentes de España. Una vez concluída la transitoriedad -a mediados de junio- los exportadores españoles temen se pueda aplicar hasta un 12% de gravamen e incluso se limiten las entradas de cinc español en Estados Unidos.

Por otra parte, y como consecuencia de las actuales circunstancias por las que atraviesa el mercado, las empresas españolas tienen almacenado un stock en Estados Unidos superior a las 30.000 toneladas.El esfuerzo español en el sector del cinc ha sido, en los últimos años, muy importante, encaminándose a reducir la dependencia exterior en el suministro de mineral. Para ello, se ha avanzado notablemente en el campo de las técnicas de prospección y puesta en explotación de pozos mineros de las zonas astur-leonesa, Andalucía occidental y Levante. Hasta el punto de que dentro de pocos meses toda la producción se cubrirá con mineral extraído de las minas españolas. Actualmente, la capacidad de producción española rebasa las 250.000 toneladas, aunque se encuentra limitada a 200.000, teniendo en cuenta las necesidades actuales de consumo interno y las expectativas de exportación. En los próximos cinco años, esta capacidad productiva puede elevarse hasta las 350.000 toneladas, cubiertas igualmente por el suministro de mineral autóctono. Ordinariamente, se precisa mineral en razón de dos a una toneladas de producción. Los cálculos sobre la evolución del consumo interior hacen prever que en los próximos años deberá exportarse alrededor del 40% de la producción española.

Por todo ello, la importancia de mantener el mercado norteamericano es vital para los exportadores españoles, ya que existen dificulta des para diversificar la oferta hacia otros países. Los dos grandes centros consumidores de cine son, actualmente, además de Estados Unidos, Brasil y la República Federal de Alemania. Mientras el primero está prácticamente absorbido por Perú y México -importantes productores-, el mercado centroeuropeo se abastece de los envíos de Bélgica.

La imposición de tasas compensatorias al cinc español responde -según las autoridades norteamericanas- al régimen de bonificaciones fiscales que el Gobierno español concede a los fabricantes. Bonificaciones que, por otra parte, son equiparables a las que rigen en todos los países para la industria exportadora. En Estados Unidos, concretamente, los exportadores gozan de este tipo de desgravaciones, pero dada la disparidad de escalas fiscales, interpretan los recibidos por las empresas españolas como incluidos en una modalidad de dumping. En estos momentos ningún otro país exportador de cinc al mercado norteamericano ve gravadas sus ventas. La producción de cinc española se encuentra concentrada en sólo dos empresas. De ellas, Asturiana del Cinc produce un 75% del total -participan en ella la RCA belga con un 40%, el Banco Español de Crédito, con un 20% y el Banco Herrero, con un 5%, estando el resto en manos de pequeños accionistas astures-. La otra empresa, Española del Cinc, aporta el restante 25% (pertenece al grupo del Banco Central).