Cerrada la Universidad y prohibidas las manifestaciones en Roma
Hasta el 25 de mayo han sido prohibidas en el centro histórico de Roma las manifestaciones públicas y el rectorado ha cerrado la Universidad hasta nueva orden. Otras medidas restrictivas han sido estudiadas y adoptadas ayer en el curso de una reunión de poco más de una hora del primer ministro italiano Giulio Andreotti con sus ministros de Justicia, Instrucción Pública y los comandantes supremos de los tres cuerpos de policía («carabineros», Seguridad Pública y Guardia de Hacienda).
Al término de la reunión, el primer ministro Andreotti declaró que es necesario acelerar los debates para que el Parlamento adopte medidas eficaces. «Es mejor hacer y luego hablar», replicó lacónico a un periodista que le preguntaba sobre las nuevas medidas.En el Consejo de Ministros celebrado poco antes, el ministro Cossiga había presentado un informe de tono durísimo sobre los episodios de violencia ocurridos anteayer en la Universidad de Roma, con un balance de un joven policía, de, veintitrés años, muerto, otro herido grave y cuatro personas más heridas.
Advertencia
«Esta claro -dijo el ministro- que de ahora en adelante a quien ataque al Estado con las armas, el Estado responderá del mismo modo. Quiero ser todavía más claro: no se permitirá que los hijos de los campesinos del sur sean muertos a tiros por los hijos de la burguesía romana. » Más que un llamamiento, el ministro dirigió una advertencia o amonestación a los jóvenes y a sus familiares de que «no se puede hablar de manifestaciones de contestación estudiantil, cuando se recorre a bombas de mano o a armas de fuego. Tales manifestaciones serán consideradas de ahora en adelante como agresiones armadas contra el Estado y yo daré instrucciones -dijo Cossiga- a las fuerzas del orden de reaccionar, como si se tuviera que reaccionar a agresiones armadas».La advertencia del ministro Cossiga, que fue difundida por radio y televisión, significa que se dará orden a la policía de disparar cuando se vea agredida.
Solidaridad
En el Parlamento, mientras el radical Panella repetía que un Parlamento verdaderamente liberal tendría que pedir la dimisión del Gobierno, los socialistas reconocen que se «ha perdido demasiado tiempo para desmantelar los centros del terrorismo y la provocación» y los comunistas insisten en que para hacerlo «no son necesarias leyes especiales». La Democracia Cristiana pide, en el centro, nuevas medidas legislativas de amplio alcance, a fin de que la solidaridad con los policías sea «operante».Por su parte, los sindicatos efectuaron ayer paros simbólicos que han sido interpretados como manifestación de solidaridad hacia la policía. No obstante, los líderes sindicales consideran que el problema de fondo es el paro, que afecta de forma grave a los jóvenes titulados universitarios. Mientras los estudiantes romanos tienen la intención de organizar nuevas manifestaciones para expresar su repulsa hacia la reforma universitaria que pretende el Gobierno. Por su parte, los estudiantes de Bolonia, que protagonizaron el pasado mes violentos incidentes, han expresado su decisión de salir a la calle en solidaridad con los estudiantes de Roma.
Toda la prensa condena la violencia de un grupo de jóvenes. La prensa de ultraizquierda responsabiliza de cuanto ocurre a la derecha. «Verdadera derecha o falsa izquierda han disparado para liquidar el movimiento estudiantil», titula su crónica Il Manifesto. El órgano del Partido Comunista, L'Unita, habla de «nueva bárbara prueba de un criminal diseño subversivo», de «enemigos de la democracia y de los trabajadores», de «turbias tramas de la estrategia de la tensión».
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