El País Valenciano, en busca de su identidad

Con la participación de Carlos Mulet, del Partit Comunista del País Valenciá (PCPV); Francisco de Paula Burguera, del Partido Demócrata Liberal del País Valenciano (PDLPV); Víctor Fuentes del Partido Socialista Popular (PSP), del País Valenciano; Emilio Attard, del Partido Popular Regional Valenciano Autonomista ,(PPRVA), y Graciliano Ballesteros, de Reforma Democrática (RD), se celebró ayer la quinta mesa redonda del Club Convergencia en tomo al tema «En busca de la identidad valenciana. País, región, reino».El representante del PCPV calificó el término de región como superestructura política que no puede transformarse. «La normalización del país -dijo- sólo pueden realizarla las clases populares, cuyo primer paso de liberación es reivindicar un estatuto de autonomía,,». Se mostró, partidario del principio de la autodeterminación y de que el pueblo se defina por una estructura federal.

Por su parte, el señor Burguera, del PLPV, expresó que la personalidad valenciana está claramente definida, y que si no se reconoce es cuando puede existir el temor a influencias de otras regiones. Calificó la discusión del catalanismo de fantasma que aparece siempre que los valencianos toman conciencia de su personalidad.

El representante del PCP se mostró a favor de un estatuto de autonomía para el País Valenciano, ya que permite la libre decisión de una comunidad sobre su futuro. Recordó que el último congreso de su partido propuso la constitución de una cámara de las nacionalidades. Expresó su discrepancia con la opinión que manifiesta que todo lo que no sea región es separatismo.

El señor Attard, como portavoz del PPRVA, manifestó que la toma de conciencia valenciana debía ser común, sin exclusiones, y que no puede ser obra de una clase, como había expuesto el representante comunista. Apoyó la estructura del estado regional, siguiendo las doctrinas de Ambrosini, que ha que dado plasmada en la constitución italiana.

Finalmente, el representante de RD, señaló que el centralismo había producido una herida en la conciencia regional y que el estado nacional centralizado se encontraba en crisis. Asimismo manifestó que el hecho diferenciado de Valencia no podía ser ignorado por el resto de España. Confió que las urnas en un futuro iban a ser el mejor procedimiento para decidir los valencianos su propia identidad.