Carter anuncia una política más abierta y flexible hacia América Latina

El presidente Carter anuncio ayer una política «más abierta y flexible» de Estados Unidos hacia América Latina y resaltó que la preocupación norteamericana por el respeto a los derechos humanos «influirá, naturalmente, en nuestras relaciones con los países de este hemisferio y del mundo entero».

En un discurso pronunciado ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la sede central de dicha organización, en Washington, Jimmy Carter afirmó que la libertad y la justicia social eran las metas de la OEA y que el reto actual que encaran los países miembros no es tanto reafirmar esos principios, como encontrar las vías para convertirlos en realidad.Carter, tras referirse al creciente papel mundial de los paises latinoamericanos y a su diversidad de filosofías y formas de gobierno, dijo que una política uniforme de Washington hacia el Caribe y América Latina no tenía sentido, por lo que iniciaría una política «más abierta y flexible», en consulta con cada uno de los países americanos. «Nuestra meta es llegar a encontrar soluciones productivas, tanto globalmente como regional y bilateralmente», añadió. Esta nueva política latinoamericana tendrá, según explicó Jimmy Carter, tres apartados básicos:

Un alto respeto de Estados Unidos por la soberanía de cada nación latinoamericana. «No actuaremos en el exterior de forma que no toleraríamos en el interior», aseguró Carter.

El segundo punto fundamental de este nuevo acercamiento de Washington hacia Latinoamérica será el respeto a los derechos humanos. «Nuestros valores y los vuestros nos piden combatir contra las violaciones de la libertad individual, incluyendo aquellas causadas por la injusticia social, política y económica», dijo Carter, para advertir en seguida que «nuestra propia preocupación por estos valores influirá, naturalmente, en nuestras relaciones con los países de este hemisferio y de todo el mundo. Encontraréis a este país deseoso de estar al lado de aquellas naciones que respeten los derechos humanos y promocionen los valores democráticos.»

El tercer y último elemento de la política latinoamericana de la nueva Administración demócrata, anunció el presidente, será «nuestro deseo de resolver los grandes problemas que afectan las relaciones entre países desarrollados y en vías de desarrollo. Vuestros problemas económicos tienen carácter global y no pueden ser tratados únicamente en términos regionales».

Cuba y Panamá

El canal de Panamá y las relaciones con Cuba fueron citados por Carter como los dos principales problemas a que debe hacer frente su Gobierno en relación con América Latina. Respecto al primero, Carter recordó que en los primeros días de su estancia en el poder había iniciado un nuevo acercamiento al conflicto y expresó su confianza en la posibilidad de un nuevo tratado, que tenga en cuenta las «legítimas necesidades de Panamá como nación soberana», así como «nuestros intereses en el funcionamiento de un canal neutral, abierto sin bases discriminatorias a todos los usuarios».En cuanto a Cuba, Jimmy Carter resaltó su creencia en que el desarrollo normal de los asuntos internacionales y particularmente la negociación de las diferencias requiere la comunicación con todos los países del globo. «Con ese fin -añadió el presidente norteamericano- estamos tratando de determinar si pueden ser mejoradas nuestras relaciones con Cuba, desde una base recíproca y mesurada».

Tras anunciar una actitud positiva y abierta de Estados Unidos hacia los problemas comerciales con América Latina, así como la continuación de las conversaciones multilaterales sobre comercio, en Ginebra, Catter ofreció la ayuda norteamericana en el campo tecnológico y se refirió al problerria de las inversiones extranjeras en estos países, señalando su intención de «resolver las diferencias y malentendidos entre nuestros gobiernos», además de reconocer que hoy día se requiere una nueva «flexibilidad y adaptabilidad» en el campo de la inversión exterior.