Favorables perspectivas de cooperación entre España y Senegal

El ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, comenzó el domingo la primera visita que realiza a un país del Africa negra, con su llegada a la capital senegalesa, Dakar, a primeras horas de la tarde. En el aeropuerto fue recibido por su colega senegalés, Assane Seck y el embajador español en Dakar, José María Alvarez. El señor Oreja mantendrá hoy reuniones con su colega senegalés y el presidente de esta República, Leopoldo Sedar Senghor.

La conformación de una política africana definida y coherente es el objetivo primordial de las reuniones que tendrá en Dakar, la capital del Senegal, el ministro español de Asuntos Exteriores con los embajadores y representantes de nuestro país en veintidós naciones de esta parte del continente. El propio señor Oreja reconoció la inexistencia hasta ahora de esa política, y estimó que son considerables las posibilidades de penetración española en la zona, sobre todo en el terreno de la cooperación técnica, aspecto hacia el que preferentemente irán dirigidas las acciones de la nueva política africana del palacio de San Cruz, estructurada el domingo y ayer en Dakar.Los funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores que acompañan en este viaje al ministro están muy interesados en resaltar la significación política de esta visita, primera que realiza un ministro español de Exteriores al Africa negra. La elección de Senegal para este acontecimiento responde, además, a motivaciones muy concretas. Senegal es en estos momentos uno de los pocos países de este área tan conflictiva del mundo que goza de estabilidad política, obtenida en buena parte gracias al prestigio interior y exterior de que goza el presidente de la República, Leopoldo Sedar Senghor, sin duda, el hombre más representativo de todos los intelectuales africanos. Desde su primera elección como presidente, en septiembre de 1960, hasta hoy mismo, el presidente Senghor, reelegido posteriormente en tres ocasiones, ha conducido a su país a una situación muy estable, que goza del respeto y el reconocimiento de la comunidad internacional. Es lógico, pues, que si España quiere iniciar una nueva etapa de relaciones con los países de esta zona africana busque el más sólido apoyo a su alcance.

En las entrevistas que hoy mantendrá el ministro español con su colega senegalés, Assane Seek, y con el propio presidente Senghor, es muy posible que se aborden temas de muy actual interés para nuestro país. El conflicto del Sahara, la inestable situación de Mauritania y la postura de Senegal en el seno de la Organización para la Unidad Africana con respecto al tema de las Islas Canarias son asuntos de evidente interés bilateral. Senegal compone, junto a Guinea Conakry, Argelia, Marruecos y Mauritania, una comisión ad hoc para el estudio de la africanidad de las Islas Canarias y que previsiblemente presentará su informe en la próxima, que se celebrará en junio.

A niveles más concretos, el ministro español tratará de ampliar los campos de la cooperación entre España y Senegal. Nuestro país concedió a Senegal, en 1975, un préstamo de 1.000 millones de pesetas para la compra de bienes de equipo. En contrapartida, cerca de doscientos pesqueros españoles, atuneros y marisqueros, faenan en las aguas senegalesas y tienen sus bases en esta parte de la costa africana. En materia turística España ha prestado apoyo considerable a Senegal, y parece que aún se va a aumentar esta colaboración en el futuro. Es éste un aspecto espinoso de la cuestión, que ha provocado ya en alguna ocasión malestar en los sectores turísticos canarios, que entienden esta cooperación como una competencia poco útil para los intereses canarios. En el terreno cultural, por fin, parece que se va a intensificar la presencia española en Senegal.