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El congreso del PNV, decidido a ganar las elecciones de Euzkadi

Ganar las elecciones en Euzkadi. He aquí el objetivo prioritario que se ha impuesto a sí mismo el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en su asamblea de Pamplona y que el ex ministro Manuel Irujo resumió en sus últimas palabras: «EL PNV tiene que ganar las elecciones.» En este clima de euforia, los 6.000 fervorosos seguidores que abarrotaban el pabellón deportivo Anaitasuna refrendaron su discurso con cuarenta segundos de aplausos.

Cerca ya de las nueve de la noche del domingo, el himno nacional vasco (Gora ta Gora Euzkadi) ponía punto final al único acto público que figuraba en el programa de esta tercera asamblea del PNV, y que fue objeto de amenazas por parte de elementos de la extrema derecha. Quedaban atrás más de treinta horas de laboriosas reuniones, vedadas a la prensa a cal y canto, en las que el partido superó la amenaza de una escisión interna desde la derecha y recompuso su figura política, que a nivel asambleario no había sido replanteada desde el año 1933, en Tolosa.El propio lema del congreso, Batasuna Ta Indarra (Unión y Fuerza) es un indicio más de que esta primera asamblea de la posguerra pretendía, sobre todo, salvar la unidad del partido, aunque fuera a riesgo de rebajar algunas exigencias del programa

Manuel Irujo, con un vigor excepcional a sus 85 años (tres más que el propio partido), fue la figura pública de una asamblea en cuyo acto de clausura hubo una presencia juvenil inesperada para muchos. Bajo los retratos de Sabino Arana, José Antonio Aguirre y Jesús María Leizaola, el viejo ministro de la República insistió en esa idea de unidad del partido, «abierto a todos los vascos que sientan en vasco».

Esta continuidad fue subrayada también por Juan Ajuriaguerra, quien dedicó un recuerdo especial a quienes han muerto por las libertades de Euzkadi en la guerra, en las cárceles, en la talle, y a los que se han visto forzados al exilio.

La amnistía

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Una vez reafirmada la unidad del partido, la amnistía ocupó gran parte de las intervenciones públicas y se llevó los mejores aplausos. Así, Julio Jauregui señaló que cuanto ha podido hacer por la amnistía total lo ha hecho como un deber al pueblo vasco, sin que el PNV intente capitalizar en su favor este hecho.

El señor Jáuregui subrayó que la amnistía que piden es para los dos bandos, para quienes mataron a Carrero o Companys, a Ramiro de Maeztu o García Lorca. «No hemos ido a negociar la amnistía -añadió- porque sabemos que no es negociable.» Señaló también su propósito de seguir luchando por la excarcelación de todos los presos, aunque Suárez no cumpla la promesa de sacarlos para el Aberri Eguna, promesa que puede ser realidad si el Gobierno se muestra decidido y hace caso omiso de las opiniones contrarias de algunos sectores.

Querella criminal

Anunció asimismo que el PNV está dispuesto a presentar una querella criminal contra el tribunal militar de Burgos por incumplimiento del decreto de amnistía si el retraso en el envío de los sumarios impide la salida de la cárcel de hombres que sólo por el indulto de doce años podían ya estar libres. La amnistía total fue presentada por el señor Jáuregui como un servicio que el Gobierno Suárez está obligado a prestar a la Corona.

Acerca de las diferencias que se hacen entre los presos porque hayan causado o no lesiones en las personas, dijo textualmente: «La guerra civil iniciada por Franco y sus seguidores fue el mayor delito de sangre ... »

La exigencia de amnistía fue reiterada también por el señor Irujo: «No podemos resucitar a nuestros muertos, pero sí tenemos que sacar a nuestros presos, que no saldrán por la buena voluntad de un ministro, sino por la fuerza que hagamos los hombres del pueblo.»

La Monarquía

En el acto de clausura se leyeron en euskera y castellano las conclusiones de la asamblea, que un orden estrictamente político se declara a favor de un Estado vasco autonómico, defensor de las libertades democráticas y solidario con los demás pueblos del Estado español. La unidad de Euzkadi, Norte y Sur se contempla en el marco de una Europa de los pueblos, vinculada de la política de bloques.

La autonomía vasca pasa también por el juramento de los fueros a cargo del Rey. «Tanto nos da Monarquía o República -dijo Xavier Arzayus-, pero si el Rey quiere ser reconocido por los vascos deberá antes jurar los Fueros».

En el orden cultural se ha insistido en la necesidad de potenciar la cultura y la lengua vasca, en el marco de un bilingüismo progresivo, sin imposiciones de euskaldunización a plazo fijo.

Por lo que a organización interna se refiere, el PNV se autodefine como partido vasco, democrático, popular, de masas, aconfesional y abierto a todos cuantos se hallan integrados en el pueblo vasco, sea cual fuere su lugar de nacimiento.

El ámbito territorial del partido comporta un reconocimiento expreso de autonomía interna para cada una de las cuatro provincias dentro de un esquema confederal. Esta precisión tiende a superar la pretendida oposición que algunas fuerzas han tratado de airear entre lo navarro y lo vasco. Pamplona se declara, por último, capital de Euzkadi en una decisión unánime que tiene sus raíces históricas, pero algunos han interpretado como un acuerdo para atraer votos.

Por lo que se refiere al planteamiento con vistas a las próximas elecciones generales, el Partido Nacionalista Vasco se declara partidario de participar en ellas, con dos únicas condiciones: un mínimo de garantías electorales y la amnistía.

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