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La participación de la CEE en la "cumbre de los ricos", sujeta a compromisos

Un acto protocolario, sin grandes alardes, caracterizó el vigésimo aniversario de la firma del Tratado de Roma, que dio origen al Mercado Común Europeo. Nueve jefes de Estado o de Gobierno de la Europa, digamos, «comunitaria» pasaron tras las ceremonias a discutir los grandes problemas de las comunidades europeas.

Problemas de fondo, como la crisis socio económica, y tristes problemas de forma, como la representación de la Comunidad en la próxima cumbre occidental de países industrializados, que se celebrará el 7 y 8 de mayo en Londres. Sobre este asunto el presidente francés, Giscard d'Estaing declaró anoche que «podría encontrarse un compromiso para que la Comisión Europea participase de «ciertos trabajos técnicos» en la citada conferencia.Francia protagoniza así, una vez más, el centro de la crisis formal comunitaria, al oponerse a una representación de la CEE en la cumbre de Londres. Los «pequeños» países de la CEE, que quedarían excluidos de la cita londinense, lanzan un ultimátum -leído públicamente por el holandés Joop den Uyl- y condenan la actitud «gaullista» de Giscard d'Estaing. «Es probable que haya un compromiso final», declaró también el portavoz de la Comisión Europea, anunciando que el dilema de representación o no de la CEE en la, cumbre de Londres será aclarado antes del fin del actual Consejo Europeo de Roma, que concluirá sus trabajos el sábado, en el palacio Barberini.

Las peleas «formales» no logran ocultar la realidad del momento: seis millones de parados y peligros serios para la débil reactivación económica.

Todos los asistentes hablaron del problema y todos coincidieron para «reactivar la economía, generando nuevos puestos de trabajo, especialmente para los jóvenes, pero con atención a la inflación».

En el capítulo de las salutaciones merece destacarse la de Carlo Argan, alcalde comunista de la Ciudad Eterna, quien en el Capitolio habló de la «Europa de los ciudadanos», de la solidaridad europea, y de justicia social y dignidad política y humana. «Libertad y paz», fue el mensaje de este eurocomunista.

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