Autocríticas de empresarios y periodistas sobre sus relaciones
Las relaciones entre la empresa y la prensa deben entrar en una nueva fase de mayor entendimiento y profusión. Esta puede ser una de las conclusiones del coloquio que sobre este tema se celebró ayer por iniciativa de la Asociación para el Progreso de la Dirección.
En representación de ambas instituciones hablaron Claudio Boada, presidente de Ford España y Prodinsa, y Jaime Sanz, presidente de la Agrupación de Periodistas de Información Económica.Ambos plantearon una autocrítica de las actuaciones de empresarios e informadores económicos. Los primeros han huido generalmente de la información, han tratado de evitarla, y nunca la han promovido. En muchos casos han confundido información con publicidad; se llenan de inquietud al enfrentarse con los periodistas y no practican una política suficiente de transparencia.
Los segundos, los periodistas, no gozan de medios suficientes para conseguir información, en muchas ocasiones carecen de nivel de conocimientos de las actividades sobre las que escriben, son tremendamente recelosos de la información que facilitan los empresarios y en algunos casos practican la doble dimensión de informador y agente publicitario incompatible si se quiere informar seriamente.
Después de este capítulo de autocríticas, secundadas por los demás ponentes, Nemesio Fernández Cuesta, José Luis Sanchís, Juan Luis Cebrián, Guillermo Medina y Guillermo Cid Luna se plantearon por algunos de éstos algunos aspectos de interés.
Nemesio Fernández Cuesta, periodista y empresario, destacó que las relaciones no se plantean sólo entre empresa y Periodistas, sino también entre empresa y empresa periodística, Ambas se necesitan. Señaló que informar, por parte de los empresarios, no significa producir notas de automática publicación, y comentó la necesidad de independencia de periodistas y empresas periodísticas para su trabajo.
Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, en uno de los puntos más polémicos de la sesión dijo que las empresas no puede decirse que gocen de mala prensa. La mayor parte de los medios informativos defienden la economía de mercado, y además son controlados por personas íntimamente ligadas a la empresa, sobre todo a las grandes empresas. Señaló que el problema, en estos momentos, se plantea al situar el papel de la información, que en muchos casos es crítica, en el marco de una sociedad democrática. Esto supone un cambio de actitud que la empresa tiene que asumir y asimilar.
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