Desarticulada en Francia una red de espionaje industrial y militar
Dos días después de la victoria de la izquierda en las elecciones municipales, la policía francesa anunció ayer el arresto de cinco espías (cuatro franceses y un italiano) que, durante catorce años, han trabajado para una «potencia extranjera». Este grupo de agentes envió, según el servicio francés de contraespionaje, un número «considerable» de informaciones científicas, militares e industriales, a la «potencia» en cuestión, que según se supone, puede ser la unión Soviética.La primera detención fue realizada el pasado día 15 y las demás a lo largo de la semana siguiente. Cuatro de los cinco agentes han sido encarcelados, mientras uno de ellos aún continuaba, anoche, bajo arresto provisional. Los cuatro primeros fueron inculpados por «inteligencia con una potencia extranjera» por el Tribunal de Seguridad del Estado.
El jefe del grupo es Serge Fabiew, de origen yugoslavo, pero, nacionalizado francés, director general de una sociedad cuya razón social fue omitida por la policía. Los demás componentes son los siguientes: Giovanni Ferrero, italiano, de 53 años, perteneciente a la sociedad «Fiat-France »; Roger Laval, de 74 años, controlador aéreo en la Secretaría de Aviación Civil retirado; Marc Lefebvre, de cuarenta años, ingeniero, y Raymond Dissard, jefe de fabricación de una empresa industrial. El jefe de «los cinco» tenía en su poder un sistema altamente sofisticado para transmitir toda clase de informaciones, emisoras -receptoras de radio muy modernas, tintas «simpáticas» especiales etcétera. Las informaciones que transmitieron a la «potencia extranjera» estaban relacionadas principalmente con la investigación de punta en el dominio de la aeronáutica, con varios proyectos militares y con el sistema de alerta de la Alianza Atlántica. Sobre este último punto conviene recordar que la OTAN dispone de una red de alerta aérea y de un sistema electrónico de defensa aérea, ambos llamados «Nadge», que se extienden a Noruega, Dinamarca, Alemania Federal, Países Bajos, Turquía, Francia, Bélgica y Grecia.
Un registro en el domicilio de dos de los miembros del grupo ha proporcionado a la policía material abundante sobre sus actividades: la contabilidad de la organización, películas de documentos que debían transmitir estos días, radios en miniatura e instrucciones que habían recibido recientemente de sus enlaces de la «potencia extranjera».
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