El piano de Giménez Attenelle

Alberto Giménez Attenelle es, el último heredero de la escuela pianística de Frank Marshall y goza, desde su, más temprana juventud, de gran prestigio por el refinamiento de su técnica, la elegancia de su dicción y el flexible rigor de su pensamiento musical. Todos los valores quedaron puestos a prueba en el segundo concierto de Chopín, abordado por Giménez Attenelle, de manera primorosa. Nuestro compatriota centró el interés de un programa aun cuando las versiones de la segunda sinfonía de Beethoven y el Till de Strauss, nos dijeran, una vez más, que Fritz Rieger es maestro sólido, eficaz, dominador y escasamente atractivo, de modo particular en Beethoven. La ausencia de imaginación, la languidez del larghetto, la realidad de un scherzo, tan poco scherzante, contrastaron con la plasticidad dramática lograda en los pentagramas straussianos. Todo ello, quede bien claro, dentro de un nivel considerable, puesto al servicio de principios musicales plenos de lógica y expresados a través de construcciones sonoras, muy rigurosas.