Ecuación con tres incógnitas
Hoy domingo, los partidos interesantes serán una vez más aquellos significativos para la solución del título de campeón de la Liga. El domingo pasado, a vuelta de sendos fallos, el Atlético de Madrid y el Barcelona quedaron a la misma distancia. Ninguno supo aprovecharse del, traspié del equipo de enfrente. Seria bizantinismo especular con cuál de los dos traspiés fue el más estrepitoso, si no alcanzar ningún punto fuera o dejarse uno en casa a estas alturas, pero sí será oportuno señalar que el Barcelona lleva siete partidos consecutivos sin conocer la Victoria, los tres famosos sin Cruyff y cuatro posteriores con Cruyff a bordo, y esta línea es demasiado aparente para fiar mucho de su posibilidad de borrar los tres famosos puntos reales que. le distancia el Atlético de Madrid, cada vez con menos partidos a su alcañce, por su parte. Claro es que, como se dijo en una famosa ocasión histórica, no hay mal que por bien no venga, y por obra de sus mediocres resultados el Barcelona ha sido efiminado de la Copa de la UEFA por el Athlétic de Bilbao. Así podrá contar con todo su esfuerzo sin distracció externa para echar el bofe en una persecución que no disminuye el trecho de los dos equipos en la tabla por ahora.La ventaja del Atlético es quexa delante y que ya sólo quedan ocho. partidos. En realidad, la Liga, en su Primera División, está disputando su última cuarta parte a partir de la jornada veintiséis, calculando por exceso y todo. Se está en lo que llamaba Helenio Herrera el sprint final, y si la competición se alargara hasta finales de mayo es solamente por las interrupciones -dos domingos- que, consumirán los encuentros internacionales de la selección contra los húngaros, de aquí a una semana en,Alicante, y el de clasificación de Bucarest contra los rumanos a mediados de abril, respectivamente. ¿Qué influencia tendrán estas interrupciones, que vienen a ser como pedir «tiempo» en el baloncesto, para la forma de los dos equipos que están peleando por el título? El Atlético está más en forma visiblemente y podrá contar con la reaparición de Leivinha con las incógnitas que supone. En contra, tendrá por medio unas semifinales duras de la Recopa por lo que tampoco le vendrá mal descansar. El Barcelona no puede, libre de cuidados extranjeros representativos, sino mejorar.
Los partidos de hoy tienen su miga para ambos. Más claro en teoría el del Atlético contra el Betis, equipo que «manque pierda» no solamente merecerá el vitoreo de los suyos, sino que no empeorará su posición en el grupo de los «menos dos» - media docena de equipos, la tercera parte de la División- de los que alguno habrá de descender al menos, y ello obliga a todos a, tratar de puntuar desesperadamente donde sea. Si es en el feudo del primero de la tabla, por aquello de que puede salir confiado, mejor que mejor. El líder no tiene jamás un partido fácil, a no ser que pueda recostarse en un colchón de media docena de puntos de diferencia y no es este el caso. Pero el Barcelona va a jugar al campo de otro de los «menos dos», el Burgos, que ése si que es equipo al que todo lo que no sean los dos puntos es descender de la escala y meterse más riesgo. Vistas las cosas de cerca, éste es el partido más puntiagudo de la jornada, y el que dará alguna visión de lo que podrá suceder en las siguientes. La procedencia de interés señalaría, primero el Burgos-Barcelona y después el Atlético de Madrid-Betis. Atlético y Barcelona, Barcelona y Atlético, otra vez ¡Qué le vamos a hacer! A estas alturas el interés que tiene la Liga es monótono, y por supuesto, sostenido, pero de momento es lo que hay. Habrá también que prepararse por si no se resuelve este enigma tasta los finales de la Liga y entonces se simultaneará la emoción de los partidos a ello referentes con los que establezcan la solución a las otras dos incógnitas: la del equipo que acompañará al Málaga y, si no afina mucho, al Rácing de Santander en el descenso al Averno de la Segunda y la solución del problema de los equipos que podrán jugar la Copa de la UEFA. Entonces habrá que coger con pinzas los partidos que interesen para cualquier problema de estos, del montón de los encuentros inertes que ya no dicen nada a nadie. La Liga apunta hoy a una ecuación con tres incógnitas y de momento estamos tras de la primera, la del campeón; la incógnita, del alirón diríamos. La otra es la incógnita patética (como alguna sonata y sinfonía) del descenso y la tercera la de la filosofía de la consolación.
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