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Entrevista:

"Solo se puede encarar la situacion de Italia reforzando la acción de Gobierno"

Ángel S. Harguindey

EL PAIS. Señor ministro, acaba usted ser recibido por el Rey. ¿Que impresión le causó la entrevista?Marlo Pedini. Las impresiones después de la visita a SM, visita de la que me siento particular,mente honrado, siondo yo el ministro del Gobierno italiano.que rinde por la primera vez uná: visita al Reino de España, me confirman plenamente m1impresión sobre este país: un país en pleno desarrollo económico y social que.está haciendo suyas, con autonomía ífiteligente, las reglas de la convivencia demacrática; un país, por lo tanto, que puede da una respuesta suya al tipo de organízación eficaz de-la vida colectiva que estos tiempos requieren. Pienso que sé abren grandes oportunidades, precisamente sobre estas premisas, de colabora ción entre Italia yEspaña en muchos campos y éstas serán tanto más ricas de resujtado cuanto menos olvidemos el hecho de ser dos países mediterráneos y cuanto más nos demos cuenta de que nuestro destino común está en una Europa más fuerte y más, consciente de sus valores cultura les.

EL PAIS. Quizá la pregunta se salga un poco del ámbito de su Ministerio, pero, en cualquier caso, entronca directamente con la actualidad más inmediata de su país. ¿Los recientes disturbios de Bolonia y Roma pueden provocar una crisis de Gobierno?, y, en ese caso, ¿cabe la posibilidadde aplicar en la práctica el «com- mario Pedini promiso histórico», un Gobierno de coalición en el que tuvieran cabida todas las fuerzas políticas democráticas incluido el Partido Comunista?

M. P. Los hechos de Bolonia llaman a todas las fuerzas políticas a un sentido de responsabilidad y nos dicen lo arriesgado que sería abrir una crisis que no encontraría solución alguna y que abriría un vacío de poder del que se podría fácilmente deslizar hacia unas.elecciones peligrosas. Tengo la impresión que las fuerzas políticas comprenderán, sin embargo, que es posible encarar la situación sólo reforzando la acción del Gobierno,- que tiene el deber incluso, en el campo del orden público, de solicitar la fuerza para aplicar las leyes que ya existen. Es en un momento como éste cuando se mide la idoneidad de los partidos para encontrar el equilibrio que es indispensable para devolver orden al país, evitando así todo peligroso cambio de posiciones o ingenuas concesiones a la demagogia.

El Gobierno actual tiene que gobernar y puede hacerlo. Por otra parte, Gobiernos de coalición y de emergencia, ya por su misma estructura compuesta y contradictoria, son los menos adecuados para afrontar situaciones en las que son necesarias capacidad y fuerza de decisión.

EL PAIS. En su rueda de prensa con los informadores españoles hacía referencia a «problemas generacionales» para explicar el movimiento contestatarió juvenil. ¿Piensa que pueden existir ciertas similitudes con lossucesos del mayo francés del 68? El importante índice de paro profesional entre los licenciados universitarios, o, dicho de otra manera, la desconfianza de los jóvenes ante un provenir incierto, ¿no explicarían en alguna medida las manifestaciones violentas de estos últimos días?

M. P. No veo una particular semejanza entre estos movimientos y los del mayo francés. Los del mayo francés tenían un fundamento ideológico, éstos de Bolonia y de Roma son movimientos de protesta en los que se injerta la especulación y la utilización de fuerzas extremistas que nada tienen que ver con los problemas de los jóvenes. Con esto no niego, más bien reconozco, que la protesta de la juventud merece toda nuestra atención allí donde es protesta de los jóvenes por la incertidumbre de encontrar trabajo en la sociedad del mañana Italia es un país que ha tenido un impresionante desarrollo económico y que ha participado activamente en la vida interna cional. No hemos sido suficiente mente rápidos en transformar también, junto a la economía, el rumbo de la escuela italiana para que estuviera en condiciones de preparar a los jóvenes a partici par plenamente en la nueva so ciedad. Por otra parte, este es un mal que no es sólo de Italia, pero que es común al mundo actual y que los países socialistas evitan sólo porque recurren a un sistema autoritario que limita el número de los accesos a las universidades y dirige a la fuerza a los jóvenes a las profesiones según las necesidades de la economía.

Nosotros.no podemos aceptar esta.imposición, que sería incom patible con las libertades de mocráticas. Pero tenemos el deber -y esto no lo hemos hecho suficientemente- de advertir a los jóvenes que, si no volvemos a descubrir el gusto y la pasión por el trabajo incluso manual, técnicó y tecnológico, mejorado por una cultura general más amplia, si consentimos que crean que sólo las licenciaturas de estudios tra dicionales pueden conllevar la dignidad social, no cumplimos con la verdad. Es necesario, por tanto, enfrentarse al problema con fantasía, reconciliar el estu dio y el trabajo, la teoría y la práctica, despertar la conciencia de nuevos ideales que puedan llevar a nuestros jóvenes a mirar también más allá de las fronteras de nuestro país. En su política abierta hacia el mundo y encaminada a la industrialización de sus zonas más pobres, Italia ha puesto las condiciones también de esta revolución de la escuela.

Hay que realizarla con sabiduría; pero el peor modo de hacer'lo sería el de alimentar la . protesta destructiva o de secar los ideales morales y civiles sin los cuales el hombre vuelve a la barbarie.

Cultura y petróleo

EL PAIS. Ciñéndonos más a los temas propios de su Ministerio resulta significativo el simple enunciado, Bienes Culturales y Ambiente. Usted aludía al «impresionante desarrollo económico» de su país. ¿No piensa..que el desarrollo industrial conlleva, al menos hasta ahora una degradación del medio ambiente y un notable deterioro en el patrimonio artístico?.M. P. No hay duda de que el Ministerio del que soy titular ha nacido también por la necesidad de disciplinar el desarrollo económico« e. industrial del país, de forma que éste no perjudique el patrimonio artístico del que somos ricos y que constituye, si así se puede decir, el verdadero petróleo de nuestra casa, porque llegará el día en que todos los hombres tendrán necesidad de cultura en el sentido más amplio de la palabra, así como hoy tienen necesidad de bienestar material.

El Ministerio tiene un deber de policía y de disciplina: impedir que la urbanización y la industrialización no sean respetuosos del paisaje y de la necesidad de los bienes culturales; pero el Ministerio tiene también otro deber fundamental: no sólo conservar, descubrir y presentar bienes culturales, sino también acercar a ellos, lo más posible, a las masas populares. Hoy, el arte no puede ser sólo un hecho aristocrático, debe convertirse en un hecho popular y debe encontrar nuevos valores estéticos también en la sensibilidad popular, que es típica de nuestro tiempo.

En mi Ministerio están representadas todas las regiones de Italia y con ellas estamos organizando una complementariedad de iniciativas para impedir los daños a las obras de arte, para sensibilizar a la juventud hacia una mejor valorización de los bienes culturales y su defénsa.

EL PAIS. Uno de los temas de mayor polémica popular, a nivel europeo, es sin duda el de la política énergética basada en la instalación de centrales nucleares. ¿Cómo piensa solucionar el Gobierno italiano estacuestión?

M. P. Normalmente, se dice que el pueblo italiano, a pesar de su temperamento mediterráneo, es un pueblo equilibrado. Me parece que mira con mucho equilibrio ya sea,el problema energético, como el de las centrales nucleares.

Sabemos que los problemas de la seguridad han sido, en líneas generales, resueltos. Algunas centrales están ya en funciona miento, concretamente tres; otras cuatro se están construyendo. Si hay una preocupación y una diversidad de opinión, éstas se refieren eventualmente al número máximo de centrales nucleares quer un país tan habitado como Italia puede soportar. El Gobierno aliano está cooperando activamente en la Comunidad Económica Europea, incluso para acelerar las experiencias de la fisión nuclear, la cual, a través de la utilización del plasma, nos dará una central mucho más limpia que las actuales centrales de fisión. En conclusión, participamos de las preocupaciones de la opinión pública mundial, pero con equilibrio y sabiduría.

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