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Cuestionario

1. ¿Cree que la libertad de tipos de interés estimularía el ahorro?2. Caso de estar a favor de la liberación de los tipos de interés, ¿se inclinaría por una libertad completa y de una sola vez para todos los tipos de bancos y cajas, o prefería una libertad parcial y paulatina, por ejemplo los tipos de activos y pasivos a más de un año primero, para pasar más tarde a la liberalización general?

3. ¿Opina que esa liberalización debería extenderse también a los fondos públicos e ir acompañada de una reestructuración del actual crédito oficial?

BANCO ATLANTICO

JOAQUIN LOPEZ AYUSO

(Consejero-director general)

1. A mi entender, no hay duda. Hay que partir de un hecho irrebatible: que en la actualidad el precio del dinero no retribuye el ahorro. Algo habrá que hacer, por tanto, para modificar esa realidad, y ese algo pasa necesariamente por un reajuste de los tipos de interés.

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Hay que tener en cuenta que la libertad de tipo de interés tiene, también, un efecto positivo inmediato cómo es el de ir revelando el tipo real del mercado. Ello conduce a una ciarificación del mismo -tanto en su componente activo como pasivo- y a una mejor cualificación empresanal, basada en el logro prioritario de la rentabilidad. Esto beneficia directamente a todo el sistema económico no sólo como consecuencia del saneamiento de las empresas, sino lo que es más importante, a través del fortalecimiento de la inversión, fortalecimiento que ahora es vital para el país.

2. La reforma de agosto de 1974 -y la libertad que supuso para tipos de interés a más de dos años- ha mostrado su condición de puente entre dos situaciones, una de control rígido y otra -a la que se va- de libre mercado. Todas aquellas medidas que supongan una liberalización de los tipos de interés de la forma más completa y rápida posible tendrán la ventaja adicional de partida, como he dicho, de clarificar el mercado, potenciar el ahorro privado -y remunerable mejor- y seleccionar la inversión. Posponer la adaptación del mercado español a los de las economías de los países más desarrollados de la OCDE no es más que aplazar la solución de un problema que habrá que resolver, en cualquier caso.

3. Efectivamente, si se quiere ser consecuente con un modelo económico, que contemple el libre mercado en las relaciones financieras, la liberalización debe extenderse a todas las esferas del mismo. Ello no traería más que efectos beneficiosos tanto de cara a la regulación de las principalers macromagnitudes por parte de las autoridades monetarias- como en lo que afecta a la eficacia del crédito oficial en su papel compensador -y motor- de la inversión. Es, por otro lado, un requisito indispensable disponer de un crédito oficial fuerte si quiere tenerse un crédito altamente competitivo

BANCO DE BILBAO

LUIS ANGEL LERENA

(Director del Servicio de Estudios)

1. El problema del estímulo del ahorro es más profundo y requiere otras soluciones que la simple elevación del tipo de interés. Por ejemplo, la baja de los ritmos inflacionistas hasta niveles más aceptables puede suponer, en principio, un incentivo al ahorro de más peso, al tiempo que habría que permitir. la obtención de un auténtico premio a la espera que es lo que supone la remuneración del ahorro. Si la flexibilidad de los tipos de interés fuese acompañada de una mayor posibilidad de creación de activos financieros a disposición del público (lo que exigiría revisar, también, la legislación fiscal) y de una reducción de las tasas de infiación, podríamos decir que se ha iniciado una etapa nueva en el estímulo al ahorro de nuestra economía.

Quede, sin embargo, bien claro que la liberalización de los tipos de interés es, por si solo, un paso positivo de importancia indudable hacia el logro de una mayor eficacia y flexibilidad de nuestro sistema financiero.

2. La liberalización de los tipos de interés debe concebirse desde una perspectiva amplia, es decir, proyectada a todo tipo de operación, cualquiera sea la institución crediticia -Banca, Crédito Oficial- que realice la operación, las modalidades de esta y la calificación administrativa asignada. Una liberalización parcial, aunque mejoraría la situación actual, sería, bajo mi punto de vista, ineficaz.

3. Respecto del crédito oficial, sólo a través de unos tipos de interés más realistas o de mercado de los fondos públicos se podrán eliminar las deficiencias que el mecanismo de financiación del crédito oficial presenta, con sus bajos tipos de interés, que han impedido que aquél actúe en defecto de otras fuentes de financiación, sino más bien como una primera línea crediticia para los sectores con acceso privilegiado al mismo. La actuación del crédito oficial, en este sentido, ha anulado muchas veces la, predisposición de las empresas a acudir al mercado de capitales; beneficiándose de unas condiciones de costo privilegiadas, en perjuicio de las que no pueden acogerse a este mecanismo.

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