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Fin de la "cumbre" eurocomunista

"No pretendemos crear una nueva Internacional"

Más atentos a la solución de los problemas que se les plantean «en esta parte del mundo» que a efectuar manifestaciones de solidaridad con los disidentes soviéticos o eventuales desafíos a Moscú, los secretarios generales de los partidos comunistas de Italia, Francia y España finalizaron ayer su reunión en la cumbre con una simple reafirmación de su deseo de construir una sociedad socialista por vías democráticas, así como a mostrar todo su apoyo y solidaridad al PCE, cuestión que ha constituido, en realidad, el único tema esencial y novedoso de esta cumbre.

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La cuestión comunista

En la conferencia de prensa que cerró las reuniones, Georges Marchais dijo que no había tomado posiciones respecto a los problemas de las libertades en países socialistas concretos porque «cada uno de sus partidos había dicho ya sobre esto todo lo que consideraba oportuno decir», y porque los tres partidos reunidos en Madrid no tienen derecho a realizar juicios colectivos sobre otros partidos.Carrillo fue seguidamente interrogado sobre la posición de su partido en un tratado defensivo con Estados Unidos. El secretario general del PCE respondió que este partido está dispuesto al mantenimiento de las bases militares norteamericanas en nuestro país en tanto no exista un acuerdo internacional para suprimir todas las bases militares en Europa. «En cualquier caso, nos inclinaremos ante las decisiones de un Parlamento democrático.»

Las preguntas siguientes estuvieron dirigidas a obtener precisiones sobre la amplitud del fenómeno del eurocomunismo. Marchais contestó, entre otras cosas, que por encima de las diferencias que existen entre los tres partidos en cuestión hay un cierto número de situaciones análogas «a las que damos respuestas convergentes». Este es el caso de las reformas estructurales que preconizan para dar salida a la crisis de sus países.

«No hemos salido de la Internacional Comunista para entrar en otra, aunque sea de carácter regional -dijo también- Por otra parte, existen diferencias entre nosotros, por ejemplo, en relación con las elecciones al Parlamento Europeo, como es notorio.»

No es un desafío contra nadie

Carrillo aseguró después que la cumbre no era un desafío contra nadie, en respuesta a la pregunta de si pretendía convertirse en un desafío, a Moscú. Tanto él como Marchais aclararon que están de acuerdo con las realizaciones económicas, sociales y culturales de los países socialistas del Este de Europa, aunque no lo están con el sistema político de los mismos y, desde luego, con las medidas represivas que en ellos puedan existir.En cuanto a la ausencia de Cunhal de esta reunión, no tiene, para Carrillo, «ninguna significación especial», porque también han estado ausentes otros partidos comunistas de Europa occidental. «Quiero decir, además, que, como es conocido, el camarada Cunhal ha expuesto ideas que no son exactamente las nuestras. Como no había una razón especial para que estuviera aquí, hemos pensado congregar a los dos grandes partidos europeos que tienen puntos de vista comunes con los nuestros.»

Hubo nuevas preguntas sobre el problema de los disidentes en el Este de Europa, y nuevamente Carrillo hizo uso de la palabra. Tras reafirmar que en dichos países «lo que falta es democracia», explicó: «Yo he estado 37 años exiliado y no se ha levantado ni la millonésima parte de las voces que ahora se levantan para defender a los disidentes del Este. Y no lo digo sólo por mi caso personal, sino por la defensa de los derechos democráticos en este país durante ese tiempo.»

La Oposición no está en crisis

En torno a problemas específicos de España, Carrillo aseguró que esta reunión no tenía ninguna relación directa con el problema de la legalización del PCE, y no había sido organizada para ejercer presión en ese sentido.Por lo que concierne a la situación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la comisión de los diez, el líder del PCE especificó que el problema del PSOE no es una crisis en el interior de la Oposición democrática, porque tanto éste como los demás partidos tienen objetivos comunes que subsisten, sino una crisis en las relaciones entre el PSOE y el Gobierno. No obstante, Carrillo afirmó que no está satisfecho de los resultados obtenidos por la comisión negociadora, que «hasta ahora son muy malos y muy cortos, y no ha encontrado aún una respuesta satisfactoria en torno a las siete cuestiones que dieron lugar a su formación, la primera de las cuales es la libertad de todos los partidos políticos.»

En cuanto a las coaliciones electorales, el PCE, que hubiera estado de acuerdo en un frente democrático muy amplio, se ha decidido a ir solo al Congreso, porque, en estas primeras elecciones, «las condiciones no son favorables» al primer objetivo.

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