En Francia califican la la reunión de "histórica"

Toda la opinión francesal desde la derecha hasta la extrema izquierda, sigue con gran atención la cumbre del eurocomunismo, en Madrid.El acontecimiento, histórico e insólito (porque el PCE es ilegal), constituyó ayer, en Francia, la noticia, más destacada por la prensa y demás medios de comunicación social.

En las múltiples declaraciones que reprodujeron los medios audiovisuales y los periódicos., de los senores Berlinguer, Carrillo y Marchais, hubo unanimidad para resaltar la importancia de la reunión en el plano interior, es decir, en lo concerniente a la «necesaria legalización del PCE, en beneficio de la democratización de España».

Los matices aparecieron cuando se abordó la cuestión de una actitud común frente, a los partidos hermanos. El diario independiente Le Monde adelantaba que, en la declaración final, los tres líderes comunistas «insistirán en su voluntad de conciliar el socialismo y la libertad». Pero el enviado especial a Madrid del mismo diario anotaba que, posiblemente, «franceses e italianos se inclinarían por frenar el ardor de Carrillo y de sus amigos, predispuestos a romper lanzas en favor de los disidentes soviéticos». Sobre este punto, en unas declaraciones a Radio-France, monopolio estatal, el líder del PCE afirmó:

«Condeno, sin dudarlo, la persecución de los disidentes.» La derecha conservadora, cuya opinión puede representar el diario Le Figaro, estimaba que la reunión de Madrid es una farsa y, en definitiva, un realineamiento a Moscú. El momento electoral francés no es imposible que ejerza una influencia en las opiniones, máxime teniendo en cuenta que nadie olvida aquí la eventualidad de una victoria de la izquierda.

Para el nuevo diario de izquierdas, Le Matin de Paris, la cumbre de Madrid «alejará los viejos fantasmas del comunismo dogmático y rechazará la perspectiva de una Europa dominada por los americanos». Los grupos minoritarios de extrema izquierda opinaban ayer que en la capital española se estaba «revalorizando a ultranza la, democracia burguesa».