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Un ingeniero aeronáutico alemán fue controlado "ilegalmente" por la policía

Un físico nuclear alemán, sometido a control por la policía política de la RFA, puede ser la causa indirecta de una grave tensión en la coalición gubernamental de Bonn. El semanario Der Spiegel revela en el número de esta semana que Maus Robert, de 49 años, uno de los especialistas más destacados en tecnología atómica en su país, ha estado sometido a control durante dos meses a cargo de agentes del Servicio Federal de Información (BND). La policía aprovechó unas vacaciones de Robert para insta lar en su domicilio micrófonos secretos, «porque sospechaba que el ingeniero mantenía contactos con terroristas». Entre estos se cita a Wilfried Boese, que murió en Entebbe (Uganda) en la acción perpetrada por el comando israelí que liberó por sorpresa en el verano de 1976 a los pasajeros de un avión francés secuestrado. Otros nombres de supuestos amigos de Robert, son los de Klein, que tomó parte en el asalto a la sede de la OPEP, en Viena, y su compañera Gabriele Kroecher-Tiedemann, retenida ahora en Austria por acciones similares. Klaus Robert ha declarado que se propone actuar judicialmente contra el ministro del Interior, Werner Maihofer (liberal), responsable de la acción ante el Gobierno. Según el portavoz oficial del canciller Schmidt, el ministro citado informará hoy a la comisión de Asuntos Interiores del Parlamento de los motivos que le han llevado a ordenar el control de las actividades del ingeniero y el registro de su domicilio sin mandamiento judicial. Dado que los Servicios de Información dependen directamente del subsecretario de la Cancillería, y que el propio canciller conoció el caso tardíamente, el sábado pasado, se supone que acción se ha llevado a cabo sin respetar jurisdicciones. El jefe del Gobierno y su ministro, tenían concertada una cita para primera hora de la noche de ayer con el fin de revisar las posibles implicaciones políticas del hecho.

El «Watergate alemán», como califica ya la calle a este caso, puede conllevar la dimisión del ministro Maihofer «por exceso de celo», cuando su prestigio se había acentuado tras las manifestaciones antiatómicas de Brokdorf, en las que afortunadamente no se registraron serios enfrentamientos entre la fuerza pública y los contrarios a la proliferación de centrales nucleares.

El ingeniero Maus Robert reclama a su vez el puesto de trabajo que perdió en la empresa Siemens a instancias de los servicios secretos, según sospecha el interesado. Si el proceso a que podría dar lugar este caso adquiriese matices netamente políticos, se pondría en cuestión la llamada «ley Antiradicales» por la que el ministro, del Interior dispone de especiales poderes para actuar contra los supuestos «enemigos de la Constitución» del país, ya se trate de reales o supuestos terroristas o incluso miembros de partidos legales.

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