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El trasvase del Ebro, a las futuras Cortes democráticas

«Del diálogo saldrá, en su día, la luz. Pero la solución para el problema de las aguas del Ebro creo que tiene que salir de una ley votada en Cortes, pero no en las Cortes actuales, sino en las futuras, en las de representación democrática», ha declarado el presidente de la Diputación de Barcelona, Juan Antonio Samaranch, a los periodistas durante uno de los descansos de las sesiones del seminario sobre temas de administración local que se está desarrollando en la Diputación de Zaragoza.Durante la jornada de ayer, el presidente de la Diputación de Segovia, Julián Nieves, ha defendido la ponencia sobre el tema de las haciendas locales. Habló el señor Nieves que, en materia de gastos, es necesario determinar en un futuro próximo el principio básico de autonomía financiera de las haciendas locales, unido muy directamente a la responsabilidad de estas corporaciones en la materia.

Por su parte, el presidente de la Diputación de Barcelona, Juan Antonio Samaranch, ha definido ayer tarde la ponencia sobre el proyecto de régimen especial para Cataluña.

Se mostró contrario al restablecimiento del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1932 diciendo que «el pueblo catalán de hoy no es el mismo que el de entonces. Pensar que en más de cuarenta años no ha cambiado nada en Cataluña es una utopía. Es el propio pueblo, el de ahora, el que tiene que decidir cuál es el, régimen especial que desea». Señaló a continuación que las diputaciones catalanas y otros organismos de la región piensan crear un Consejo General de Cataluña, cuyo nacimien-, to está previsto para después de las primeras elecciones legislativas.

Al aludir al contencioso abierto entre Aragón y los sectores financieros de Cataluña a cerca del tema del trasvase del Ebro, Samaranch dijo que «Cataluña, si hoy es rica en algo, lo es en problemas». Reconoció la existencia de desequilibrios entre las dos regiones: « En el fondo -dijo- éste no es un problema de agua, sino en inversiones. Aquí, en Aragón, existen hoy una serie de promesas incumplidas en materia de regadíos desde hace cincuenta o sesenta años.»

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