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Estallan doce bombas en el centro de Londres

Juan Cruz

El centro de Londres fue cerrado ayer completamente al tráfico y al comercio, como consecuencia de una serie de atentados terroristas que durante la noche anterior se produjeron en esa área de la ciudad. La policía mantuvo fuera de Oxford Street a todo posible transeunte y llevó a cabo una operación a gran escala para descubrir nuevos artefactos explosivos.

Doce bombas estallaron en el centro de Londres en la madrugada del sábado y provocaron un herido. Por suerte, los explosivos cuya colocación se ha atribuido al IRA, en llamada telefónica a un periódico, no causaron más víctimas. La policía londinense cerró ayer la zona de Oxford Street, la más transitada de la capital británica, y suspendió los servicios de metro en las estaciones que viven a esa área, donde están las principales tiendas de la ciudad. Al parecer, los explosivos colocados por el IRA, serían el principio de una nueva ola terrorista que coincida con el juicio que ahora se celebra contra cuatro militantes de la organización irlandesa. La última vez que hubo una explosión de estas características en Londres fue en junio del año pasado, cuando un pequeño artefacto estalló en la estación de Pimlico. Dos meses antes, una bomba de gran potencia hirió a más de ochenta personas que asistían a una exposición en el Olympia. Tras esos dos sucesos, que culminaron una campaña terrorista que duró cerca de cuatro meses, y que tuvo como objetivos varios centros públicos de Londres, siguió otra, en los servicios urbanos de autobuses y de trenes, de señales de prevención del terrorismo. Ahora esos posters escritos de la manera más precisa posible, vuelven a cobrar actualidad.

Preludio al domingo sangriento

Las explosiones que se produjeron en la madrugada del sábado parecen también un preludio de lo que suele ser una ocasión altamente emotiva para el IRA: la conmemoración de un nuevo aniversario del domingo sangriento de Londonderry, del que se cumplen-pasado mañana cinco años. Aquella ocasión, en la que la acción de las tropas británicas causaron la muerte de trece manifestantes, ha dado siempre motivo al IRA provisional para reforzar sus actividades violentas.Una de las bombas que estallaron en el centro de Londres al principio de este fin de semana fue colocada en Selfridges, una de las tiendas más famosas de Gran Bretaña.

El único herido que ha habido como consecuencia de esta docena de bombas es un taxista, cuyo automóvil fue alcanzado por uno de los artefactos. El taxi se quemó casi completamente. Cientos de policías cruzaron las calles de Londres desde que se tuvo noticias de las primeras explosiones, que se produjeron casi cada media hora. Las sirenas sonaron ininterrumpidamente durante toda la madrugada, mientras la policía se aseguró de que no había más peligro de bombas.

Hace menos de un año, la entonces vicepresidente de la rama política del IRA provisional, Maire Drumm, dijo que si el Gobierno de Londres no anulaba formalmente las leyes que definen a los terroristas como delincuentes, a los que no se les puede conceder estatuto de prisionero político, nuestros muchachos destruirán Belfast piedra a piedra e irán también a ciudades de Inglaterra. Maire Drumm fue detenida y juzgada por lo que se definió como incitación a la violencia. Más tarde fue asesinada mientras convalecía en un hospital católico. Su muerte, que desató muchas emociones en los sectores republicanos afines al IRA, no fue seguida por ninguna campaña de violencia. La tregua no parece haber durado demasiado.

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