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Los ayuntamientos venden sus terrenos como parcelas

La defensa de la sierra de Madrid parece traer muchos sinsabores. El alcalde de Los Molinos se ha empeñado en conservar lo que va quedando de Guadarrama para ésta y las siguientes generaciones. Este empeño le acarrea críticas desde todos los sectores:

Los magnates de la construcción que revolotean sobre los municipios serranos y contemplan la sierra como un inmenso solar para edificar están, por supuesto, en contra de cualquier autoridad que pretenda poner control a los negocios inmobiliarios. Incluso los propietarios de chalés empiezan a inquietarse puesto que el alcalde no está de acuerdo con que propietarios de segundas residencias, más o menos de lujo, paguen sólo una media de contribución de 2.000 pesetas anuales, exigiendo en cambio al Ayuntamiento infraestructuras de primera clase. Un rato antes del último pleno charlamos con el alcalde de Los Molinos, Juan Manuel López Palop.«Son unas 10.000 personas las que vienen de Madrid, ya sea para los fines de semana o el verano, que demandan un alto nivel de servicios al pueblo. El Ayuntamiento está actualmente imposibilitado de proporcionarlos. Este pueblo no tiene servicio de alcantarillado y ahora tenemos elaborado el proyecto de saneamientos y traída de aguas. Son 42 millones de pesetas. La Diputación nos concede la mitad, pero nosotros debemos buscar la parte equivalente.»

El Municipio de Los Molinos es uno más de los que tienen la tentación de deshacerse del patrimonio comunal. Esta es la plaga de tantos ayuntamientos que están liquidando el tesoro municipal, intocado durante siglos. De esto sabe mucho el alcalde de Los Molinos, notario de Torrelaguna durante veinte años.

Malventas

«En mi puesto de notario rural he visto cómo muchos pueblos, malvendían sus bienes comunales, terrenos que cedían a cinco pesetas metro y que en poco tiempo, en sucesivas trasmisiones, llegaban a seiscientas. Es curioso que han sido algunos ayuntamientos los que han atizado la especulación del suelo. Yo mismo, hoy día, estoy en esa tentación ante la necesidad de dinero para las obras de alcantarillado. Me resisto completamente, pero no veo otra salida. Lo que se impone ciertamente es un cambio en la contribución y un cambio en su recaudación. Deben ser las corporaciones locales las que colecten muchas de estas contribuciones en vez de la centralización que hoy día radica en Hacienda.» «Lo más tremendo es que haya que ir mendigando a una Hacienda centralizada y a otros organismos, como la Diputación, lo que en justicia se les debe a los ayuntamientos. Sobre todo cuando, en tiempos pasados, los antiguos directores de la Diputación invertían estos ingresos en hacer hoteles de cinco estrellas para ancianos.»El señor Palop ha estado recorriéndose a pie la sierra desde su infancia. Por eso es un enamorado de ella. Y por eso Los Molinos están siendo una excepción en la degradación progresiva de la sierra. Lo que sucede es que, sin una verdadera planificación territorial, casos como el de Los Molinos son precisamente un ejemplo de cómo el que se porta bien es castigado. Con muchos menos ingresos, por la política de limitar las construcciones desorbitadas, este municipio se está convirtiendo, además, en el parque de otros con construcciones masivas, tales como Cercedilla y Guadarrama, ayuntamientos limítrofes situados aguas arriba y abajo, respectivamente, del río Guadarrama. Un municipio con un control urbanístico es lo ideal para los demás: éstos pueden especular y ganar dinero en su municipio mientras que conservan el de al lado, sin edificaciones masivas, como parque natural y zona verde de expansión. Resume el alcalde:

«En estos últimos años se ha llegado a una degradación importante de la sierra. Lo tremendo es que hablando con autoridades provinciales, e incluso nacionales, se tiene la sensación de que la dan ya por perdida. El desánimo es total. El problema de la sierra quizá ya no tenga remedio, pero yo estoy dispuesto a hacer todo lo que sea por ella.»

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