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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una estafa en tres dimensiones

Si existiera una asociación de consumidores de cine -más justificada que cientos de grupúsculos, por otra parte- debería denunciar la campaña publicitaria de esta película, apoyada en dos nombres de prestigio, Andy Warhol y Paul Morrisey, de los que el primero no ha interventido en ella, mientras está por ver cuál ha sido, realmente, la función concreta del segundo. Si nos atenemos a los títulos de crédito, el director firmante es Anthony Dawson, seudónimo de un conocido especialista del género italiano de terror -cuyo verdadero nombre.es Antonio Margheritti-, mientras los carteles de propaganda insisten en que se trata de un filme de Warhol y Morrisey.Sería muy difícil delimitar responsabilidades concretas en esta Carne para Frankestein, pero sí me parece indigno utilizar el nombre prestigioso de Warhol para proi,nocionar un producto del que no Nialdría la pena hablar, porque sus méritos son mínimos, si es que existe alguno, de no mediar este chantaje en las denominaciones. Warhol es una interesante personalidad. por supuesto, pero en las obras -pictóricas o cinematográficas- que se le pueden atribuir realmente. La «Fábrica» de películas ha pasado a la dirección de uno de sus colaboradores, Paul Morrisey, autor de productos tan curiosos como Trash, de improbable visión, en nuestro país, por el momento, y al que muy difícilmente puede suponérsele director de este filme, entre otras razones por su escasa capacidad técnica dentro del cine industrial.

Carne para Frankestein (Flesh for Frankestein)

Productor: Carlo Ponti. Guionistas: Tonino Guerra y Paul Morrisey. Dírector: Anthony M. Dawson (Antonio Margheritti). Intérpretes: Joe Dallesandro, Udo Kier, Dalila di Lazzaro. Estreno, en 3-D en el Bulevar.

En cualquier caso, parece normal suponer que se trata de un maridaje espúreo entre Ponti -el gran capital internacional- y, Warhol-Morrisey aunque el primero sólo ponga el nombre, y el segundo las ideas generales del filme además de la impagable presencia de Joe Dallesandro. uno de los más conocidos actores de la casa. Para amenizar el irivento se desempolva el sistema de tres dimensiones, que ya estuvo bien enterrado a comienzos de los cincuenta, y se atormenta al espectador con una proyección infecta y unas gafas suplementarías -cobradas aparte, además - que no aciertan a restituir la sensación de relieve, pero sí empobrecen la calidad de la imagen.

Carne para Frankestein se ocupa del viejo tema del creador y su criatura -aunque, en este caso, se trate de dos seres de aspecto agradable-, en plan cómico, con notable inhabilidad y torpeza. El mismo Mel Brooks, en El jovencito Frankestein, conseguía, al menos, una parodia de la obra de Whale, que podía tener más o menos gracia, pero que no carecía de cierta coherencia, mientras Morrisey-Margheritti -o quien la haya filmado- no acierta a lograr, siquiera, una cota artesanal éstimable. La película es un engendro completo, falsamente audaz, eróticamente torpe y desmadrada, peor que cualquier obra sin pretensiones del género terrorífico, en su modalidad italiana y a la que, para que no falte nada, se ha agregado una banda sonora, en su doblaje español de las más desafortunadas que recuerdo.

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