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Amnistía, con permiso del GRAPO

«La situación en el País Vasco es tal que no admite prórrogas. Implantar la tregua allí, poner fin a los dolores de un pueblo que en los últimos diez años ha derramado más sangre que nadie en esta península, evitar ese ambiente de ocupación y de guerra al opresor que flamea allí tan a menudo,es tarea capital que deben de acometer de inmediato el Gobierno y la Oposición. El Gobierno debe declarar su intención de conceder la amnistía, pidiendo simplemente a cambio que la oposición vasca deponga las armas hasta que llegue la paz definitiva en ese acuerdo político global que ponga en pie a la democracia española. No hacerlo así es dejar abierta una herida sangríenta que nos puede arrastrar a todos a la catástrofe.Y no vale el argumento de que el Gobierno no puede ceder al chantaje del GRAPO de colorines. Si el ridículo matara, el GRAPO se hubiera muerto de vergüenza. Este atónito país todavía no se ha atre vido a soltar la carcajada ante esa sórdida tragicomedia de los se cuestradores más estúpidos y char latanes de la historia. Pero está a punto. Está a punto de estallar por esta tierra una montimental carcajada ante esa pesadilla de provocadores insensatos que parecen más propios de Uganda que de aquí. Y esa barbaridad final de distribuir octavillas con metralleta, si no la ha pagado la CIA, la pagó KGB o la pagó Pedro-Botero. Pero ningún grupo político que se precie. de izquierdas o de derechas. puede ejecutar asesinatos así.

Y este es otro terna, señores: ¿cómo es posible que la policía española no encuentre a los secuestradores de Oriol? Ha pasado ya un mes y el GRAPO se pasea por aquí como Pedro por su casa. charla con los periodistas sin tenerle miedo al tiempo. rrienudea sus recaditos como si Madrid fuera su patio de cocina. ametralla. empapela de octavillas el Metro. y aquí no lo encuentra nadie. Antes ponía borri.has a montones y tampoco lo encontraron.»

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