El nuncio felicita al Rey tras un año de estabilidad con creciente libertad

«Sólo unas grandes dotes de prudencia en quienes gobiernan y una gran madurez del pueblo español han podido lograr que esto se haga sin excesivos dolores con tan positiva evolución, uniendo la necesaria estabilidad con la creciente libertad», dijo monseñor Dadaglio, refiriéndose al primer año de reinado de don Juan Carlos, y en calidad de decano del cuerpo diplomático, durante la recepción que ofrecieron ayer, en el palacio real, los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, y a la que asistieron el presidente del Gobierno, los vicepresidentes y el ministro de Asuntos Exteriores.

«Hemos sido también excepcionales observadores de estos últimos doce meses de la historia de España -había dicho inmediatamente antes el nuncio de Su Santidad- Medíamos hace un año la dificultad de la empresa que vos y vuestro país acometíais: llegar al pleno desarrollo de todas sus potencialidades políticas y de los; derechos humanos y hacerlo sin traumas, sin olvidar el ayer, sin cerrarse al mañana y con la libre participación de todo el pueblo, sin privilegios ni distinciones. Era una tarea -añadió- que parecía imposible, o al menos dificilísima.No es necesario, Majestad, que os diga con cuanto interés hemos seguido desde el privilegiado observatorio de nuestros puestos; diplomáticos- la vida de España en estos últimos meses y la feliz gestión que, al frente de ella habéis realizado. Hemos seguido complacidos -continuó monseñor Dadaglio- vuestros viajes por el interior del país, en los que, junto a vuestra dignísima esposa, os habéis acercado a los problemas concretos de las gentes de España. Y hemos sido testigos del esfuerzo de vuestra Majestad por llevar -y con cuanta gallardía y dignidad lo habéis hecho- el nombre de España. por los caminos del mundo, con fraterna apertura, con juvenil audacia. Sabed que el Cuerpo Dplomático que hoy os saluda, os ha acompañado en todas esas tareas con sumo interés».

Don Juan Carlos respondió a estas palabras y tras mostrar su agradecimiento dijo:

«España desea estrechar los lazos de amistad y cooperación entre las naciones para conseguir un mundo mejor, en que podamos .Vivir sin rencores, odios ni envidias.

Es imprescindible para lograrlo el conocernos mejor. Sin un conocimiento profundo resulta difícil que pueda haber entendimiento y buena voluntad para la resolución de los múltiples problemas que afectan al mundo de hoy problemas de mayor o menor complejidad, pero que, animados con espíritu de cooperación y buenos deseos, tenemos que afrontar y resolver en la mayoría de los casos.

Tenemos que ayudarnos en la medida de nuestras posibilidades. Hay que respetar la personalidad de cada pueblo, no injiriéndose en los asuntos internos, pero tenemos que apoyarnos y esforzarnos para que desaparezcan las injusticias de la época en que vivimos.

Con la ayuda de la providencia y nuestro continuo trabajo, estoy seguro que conseguiremos nuestros propósitos, y repito: espero y deseo que este año que acabamos de empezar sea un año de paz y prosperidad, para toda la humanidad.

Os ruego, señores embajadores -concluyó don Juan Carlos- transmitáis mis mejores deseos a vuestros respectivos jefes de Estado y decidles que España, su Rey y el pueblo español desean fervientemente el bienestar y la convivencia pacífica entre las naciones y pueblos de todo el mundo.»