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Reportaje:

La acupuntura favorece el desarrollo de sustancias sedantes

La acupuntura es un método terapéutico de origen chino que consiste en introducir agujas e ciertos puntos del cuerpo. Se aplican frecuentemente agujas en puntos determinados de la superficie cutánea que se encuentran situados sobre doce líneas hipotéticas o meridianos y sobre vasos extraordinarios, en número de ocho, a través de los cuales circularía la energía vital.La acupuntura comenzó a practicarse hace 5.000 años en China. La medicina occidental siguió, sin embargo, otros derroteros en su investigación y evolución alcanzando los niveles actuales con todas sus ventajas y con toda su secuela también de consecuencia secundarias: efectos contradictorios de la medicación, inflación de pastillas, medicina mecanizada, etcétera.

Las diversas filosofías de la vida tienen que ver mucho en todo esto. El escoger una u otra terapéutica a la hora de afrontar el tratamiento de las enfermedades está en relación directa con lo que se piensa que es la enfermedad, y con lo que se piensa que es la salud.

El pensamiento chino. creador de las técnicas de acupuntura, está dominado por la noción de alternancia: la luz y la oscuridad, la oposición del ciclo a la tierra, del Sol y la Luna, etcétera. Esta oposición viene caracterizada por la dialéctica de los principios yang y ying. El equilibrio entre el yang y el ying, lo activo y lo pasivo, etcétera, es un elemento fundamental de las concepciones chinas que regulan la moral, la ciencia, la filosofía, la medicina...

Regular el organismo

¿Qué tiene que ver todo esto con la acupuntura? Encarnación Alvarez Simó, doctora en medicina y especialista en Neurología, Psiquiatría y Reumatología, ha dedicado quince años de su vida a estudiar la acupuntura. Como todos los expertos, se queja de la falta de rigor con la que tratan estos temas advenedizos, inexpertos y oportunistas en general. «Hay que hacer las cosas bien -dice- y la acupuntura, para hacerla bien, lo primero que precisa es un diagnóstico realizado con los procedimientos médicos occidentales. No se debe pensar que los orientales son menos rigurosos en su trabajo. Los orientales hacen también estudios muy completos valiéndose de todos los medios actuales a su alcance: análisis, radiografías...»

Al parecer, la cosa es más compleja de lo que parece: «Yo trato sólo ocho o diez personas para estudiarlas bien, como hacen los chinos -asegura la doctora Alvarez Simó-. Ellos dicen que la cantidad frena la calidad. Esta es una de sus leyes. El que ve a cien personas en un día, el médico que actúa así, no ve a nadie en realidad. Son los pacientes los que le ven a él, pero él realmente no ve a nadie. Además, con la acupuntura se ha hecho mucho comercio. Yo me he negado siempre a salir en periódicos, televisión, etcétera, por la comercialización del tema. Quisiera hacer las cosas bien y meterla en la universidad para darle un cauce correcto y honesto, logrando que se enseñe como materia médica seria que es.»

La eliminación del dolor es uno de los objetivos de la acupuntura, pero no es el único. «Hay efectos reales, logrados por la acupuntura -prosigue la doctora- respecto a la eliminación del dolor. Pero lo que no se puede hacer es quitar un dolor sin saber antes porqué duele. Esto es lo que hace la gente que no está preparada. Pero la acupuntura no es sólo un sedante. Es un regulador psicofísico del organismo. La vida discurre entre dos contrarios, algo así como lo positivo y lo negativo. Para que haya equilibrio, estos dos contrarios que a la vez son complementarios, deben armonizarse. Estas dos facciones deben estar en equilibrio. Si se descompensan, aparece la enfermedad. La acupuntura intenta llevar el organismo al equilibrio entre esas dos facciones. Cuando están en equilibrio hay salud. Cuando no hay equilibrio. hay enfermedad.»

La acupuníura vendría, pues, a concordar de algún modo con corrientes actuales de la medicina occidental como lo son las influidas por el psicoanálisis. «Todo es dialéctico -concluve la doctora Alvarez Simó-. En la vida todo es psicosomático. No hay nada, ninguna enfermedad que sea exclusivamente física, ni tampoco existe nada que sea exclusivamente psíquico. Todo es psicosomático.»

Sustancias sedantes

El núcleo de las informaciones facilitadas por las publicaciones New Scientific y British Medical Journal radica en el descubrimiento del hecho probable de que la inserción de agujas en nervios sensores profundos hace que la glándula pituitaria o el cerebro medio libere endorfinas. A través de esas sustancias se llega a una situación de alivio del dolor similar a la produción por la morfina.

El doctor Perfecto García de Jalón. catedrático director del departamento interfacultativo de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense y decano en funciones de la citada facultad, nos explica el efecto de las endorfinas y de otras sustancias similares, las encefalinas. «Li y Chung, en 1976 -afirma-, han dado a la opinión pública la estructura química de una endorfina de la oveja. Se trata de un polipéptido de 91 aminoácidos. Existen otras sustancias. las encefalinas, que son polipéptidos sencillos de cinco a siete aminoácidos. que se cree que proceden de la escisión de las grandes moléculas de endorfina. Pues bien, las endorfinas no poseen actividad analgésica (suavización del dolor). pero sí que la poseen las moléculas de encefalinas derivadas de ellas. »

El doctor García de Jalón va más lejos en su información y asegura que la fundación Wellcome británica «ha conseguido aislar un potente, pentapéptido BW 180-C varias veces más potente que la morfina». Resulta, pues, que el organismo de los seres vivientes, el humano entre ellos, tiene en sí recursos sorprendentes para afrontar el dolor. La medicina tradicional china ha sabido aprovecharlos.

Bruce Pomeranz, profesor de Neurobiología de la Universidad de Toronto, escribe en New Scientific que la acupuntura ha logrado reducir las señales de dolor en la médula espinal de un gato, animal sobre el que no cabe influencia de sugestión alguna. Sin embargo, el hecho de que las señales nerviosas de dolor comenzaran a decrecer veinticinco minutos después de que fueran insertadas y su efecto durase 35 minutos después de ser retiradas, hizo pensar a Pomeranz que la causa era química. Cuando Pomeranz inyectó sustancias inhibidoras del efecto de la endorfina y de la morfina, descubrió que la acupuntura perdía su facultad de aliviar el dolor. Fue entonces cuando Pomeranz dedujo que la acupuntura puede producir el mismo efecto sobre el dolor que la morfina.

Las últimas investigaciones de Occidente en química y farmacología traducen a su lenguaje los efectos de la terapéutica milenaria china, demostrando con ello que la enfermedad humana. como la salud y la vida, son expresables en muy variados lenguajes y que lo que convierte en válidos los efectos de la acción terapéutica es la coherenencia interna de los planteamientos.

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