Schmidt se entrevistó con Suárez y Felipe González
El canciller alemán, Helmut Schmidt, celebró ayer, después de su llegada a Madrid, sendas entrevistas con el presidente del Gobierno español y el primer secretario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González. El señor Schmidt, que había llegado al aeropuerto en la misma tarde procedente de la Costa del Sol, asistió también a una cena que se celebró en su honor en el palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno.
El señor Schmidt llegó al aeropuerto de Barajas a las cinco y veinte de la tarde, a bordo de un reactor de las fuerzas aéreas alemanas, procedente de Málaga, donde ha pasado unos breves días de descanso. Fue recibido por el ministro español de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, y el embajador de la República Federal Alemana en Madrid.Preguntado por los periodistas. el señor Schmidt leyó una declaración oficial en la que afirmó que le alegraba mucho aceptar la invitación formulada por el presidente Suárez y también ver al Rey. Añadió que "España ha iniciado en los últimos meses un camino apoyado por la gran mayoría del pueblo español, y que nos ofrece y nos abre a nuestros países mayores posibilidades de una cooperación cada vez más estrecha. Este camino ha sido visto con simpatía por muchos otros países», concluyó.
Dijo también que tendría oportunidad de hablar con sus interlocutores acerca de problemas comunes a los dos países. así como de una colaboración más estrecha. Terminó saludando con mis mejores deseos al pueblo español, al que deseó que se desarrollen en tranquilidad, paz y con éxito los "acontecimientos sumamente importantes en su proceso democratizador». que tiene que atravesar.
Después de leer esta nota, el señor Schmidt se negó a hacer más declaraciones y partió en automóvil hacia el hotel Villamagna, en el centro de Madrid, donde ocupaba una suite más otras once habitaciones para su escolta, séquito y funcionarios de policía españoles.
Entrevista con Felipe González
A las siete y cinco de la tarde, el señor Schmidt recibió en su habitación al primer secretario del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). con el que habló durante algo más de media hora, acompañado del secretario de relaciones internacionales del PSOE. Luis Yáñez, y miembros del séquito del canciller alemán.
A la salida, los líderes socialistas españoles se reunieron con los informadores, en número superior a cincuenta, par los que resumieron la entrevista, que calificaron de muy cordial.
Felipe González explicó que había expuesto al canciller alemán el problema de la amnistía total como medio de reconciliación, así como el de la ley de Asociaciones que -según dijo- no debería otorgar al poder más facultades de las que tiene en los países democráticos.
También manifestó el prime secretario de PSOE que se habían tratado problemas relacionados con la participación en las futuras elecciones.
Felipe González dijo también al canciller alemán que a su partido no le parece inoportuna la inclusión de mínimos en la ley Electoral. porque ello evita que el Parlamento se convierta en una multiplicidad de grupos. Dijo también que. a preguntas del señor Schmidt, le había indicado que el PSOE era, evidentemente partidario de legalizar todos los partidos políticos.
También se puso de manifiesto el deseo del PSOE. en cuanto parte de la Oposición. de negociar con el Gobierno. deseo en el que éste -según Felipe González- no coincide. El primer secretario del PSOE añadió sobre este tema que su partido va a preparar intensamente las elecciones, aunque ello no quiera decir que participase si no se dan unas condiciones mínimas.
Respecto a la situación económica, el canciller alemán expresó su opinión de que la crisis española debía enmarcarse en la crisis más amplia que afecta toda Europa, a lo que Felipe González respondió que, si bien ello es cierto, la situación económica sería difícil de resolver si antes no se soluciona la problemática politica.
También se habló de la posibilidad de alcanzar unas conversaciones. para solucionar la economía española. entre los sindicatos, el Gobierno y los empresarios. Felipe González aceptó la sugerencia. pero matizó que para ello sería menester que se diese antes la libertad a los sindicatos.
Después de esta entrevista. el canciller alemán se dirigió desde el hotel, en donde se observaba una fuerte vigilancia policial, hacia el palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno. para entrevistarse con el presidente Adolfo Suárez y asistir a una cena ofrecida en su honor. El señor Schmidt llegó a la Moncloa, que se hallaba fuertemente vigilada, sobre las ocho de la tarde seguido de una fuerte escolta.
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