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El alcalde pro comunista de Roma asiste a una misa oficiada por Pablo VI

El alcalde procomunista de Roma, Julio Carlos Argan, asistió ayer a la misa oficiada por el Papa Pablo VI en la iglesia de María de los Apóstoles, ubicada en un barrio obrero, en el sur de Roma. Ha sido esta la primera vez que Argan concurrió oficialmente a una ceremonia religiosa acompañado de los concejales, todos ellos comunistas, socialistas, socialdemocráticos y republicanos, es decir, integrantes de los sectores más tradicionalmente agnósticos del país.

El día de la Inmaculada, el 8 de diciembre pasado, Argan se limitó a saludar a Pablo VI al pie de la imagen de la Virgen en la plaza de España. Mañana lunes, el concejo municipal acudirá al Vaticano a saludar al pontífice con motivo del nuevo año. Pablo VI, como obispo de Roma, recibe todos los años este homenaje de sus «fieles».

En torno a este encuentro que ya se denomina histórico, del alcalde comunista con el Papa, se suelen hacer muchas cábalas. A un acto de convivencia civil o a un simple gesto diplomático se le ha querido dar una significación religiosa, e incluso doctrinal, que no tiene.

Desde hace tiempo se decía que Argan había pedido una audiencia privada a Pablo VI para tratar de los problemas de una ciudad que para Pablo VI es «eterna», para el alcalde es, ante todo, una ciudad con 5.220 millones de dólares de deuda.

Aunque Pablo VI tendrá mañana un breve coloquio en privado con Argan, se excluye que se puedan tratar problemas específicamente administrativos.

El Vaticano sabe muy bien que los problemas de Roma no pueden ser excIusivos de la Administración Civil, ni las responsabilidades se salvan o se cubren invocando el concordato vigente en vías de revisión. En Roma poseen inmuebles unas 325 órdenes religiosas femeninas y unas 87 masculinas. En el centro y en la periferia de la ciudad unas 68 hectáreas serían de propiedad vaticana, y, en torno a la carretera tiburtina y pontina, el Vaticano dispondría de otras 1.240 hectáreas, sin contar las 424 en Santa María de Galería, y 117 en Castel Romano, donde la radio vaticana tiene instaladas sus antenas.

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La capital de Italia, que hace un siglo tenía 250.000 habitantes, y en 1958 un millón y medio, tiene hoy tres millones. Ha crecido caóticamente, y los ataques contra la especulación del suelo, consentida, cuando no favorecida por el Vaticano, no provienen estos últimos tiempos sólo de los comunistas.

Cambio de mentalidad en el Vaticano

El encuentro entre el Papa y Argan tiene, por otra parte, además del interés político, un notable contenido diplomático y apostólico. Porque lo ciento es que la entrevista sirve para confirmar el cambio de mentalidad del Vaticano.

El 30 de diciembre de 1870, cuando el rey Víctor Manuel II quiso entrar en la basílica de Letrán, lo tuvo que hacer por la puerta de la sacristía: y cuando el marqués Spínola quiso ver al Papa Pío IX, el cardenal Antonelli le dijo: Hoy el Papa no recibe.

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