El Certamen de Lanzarote y la Delegación de Cultura del Movimiento

El Cabildo Insular de la isla compró hace algún tiempo, por iniciativa mía, al Ejército español, el castillo de San José, con el propósito de destinarlo a actividades culturales y de promoción del turismo. Propuse la idea de crear en él un gran Museo de Arte Contemporáneo Internacional y celebrar un certamen con carácter periódico, en tan espléndido marco. Mi idea fue acogida de inmediato con sincero entusiasmó y el Cabildo puso a mi disposición todos los medios necesarios para la restauración del edificio, labor que muy gustoso he realizado desinteresadamente.Como la aportación del Cabildo se destinó íntegramente a la compra, restauración y puesta en funcionamiento del castillo, me dediqué, durante varios meses, a buscar otras ayudas económicas para la realización del Certamen, consiguiendo, además del apoyo moral de artistas, galerías, etc., el de la Delegación Nacional de Cultura, primero, a través de su secretario general, Guillermo Montes, y del entonces delegado nacional, Jaime Delgado, y posteriormente, de la actual delegada nacional, Carmen Llorca, que acogió calurosamente al proyecto.

El crítico de arte del diario EL PAIS, don Santiago Amón, leyó, en la rueda de prensa celebrada el día 8, poco antes de la inauguración oficial del Primer Certamen Internacional de Artes Plásticas, y como portavoz de un grupo de artistas, disconformes con lo que consideran irregularidades en la convocatoria y planteamiento de dicho Certamen, por la intervención en el mismo de la Delegación Nacional de Cultura de la Secretaría General del Movimiento, una nota que suscribían varios artistas y en la que figuraban los nombres del Canogar y Chirino, que no participan en el Certamen, y los de Pablo Serrano, Mompó y Antonio López, que desconocían el contenido de dicha nota y, por supuesto, el que su nombre hubiese sido utilizado.

Estos hechos son tan arbitrarios como insólitos, ya que nunca se trató de ocultar la vinculación con el Certamen de la Delegación Nacional de Cultura. No puedo comprender las razones por las cuales se pretende torpedear una empresa que, además de proyectar la cultura en un pueblo español como es el de Lanzarote, revierte, también, en el prestigio de España y de todos los pueblos.