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La detención del secretario del PCE

Movilización del PCE para obtener la liberación de su líder

A primera hora de la tarde de ayer, Santiago Carrillo ingresó en la prisión de Carabanchel, tras haber sido puesto a disposición del Juzgado de Orden Público número 1. A la misma hora, el Gobierno estudiaba la solución a dar al espinoso tema planteado por una detención de tan amplias consecuencias políticas, mientras que la capital de España se llenaba de pintadas y carteles en los que los militantes comunistas exigían la liberación del secretario general del PCE.

Santiago Carrillo, después de su detención en la confluencia de las calles Padre Jesús Ordóñez y López de Hoyos, fue trasladado a la Dirección General de Seguridad. De allí pasó posteriormente a la comisaría de Centro, donde permaneció hasta las cuatro de la mañana, hora en que fue devuelto nuevamente a la Dirección General de Seguridad. Hacia la una de la tarde de ayer salió de este centro, para ser conducido a la prisión de Carabanchel.El Juzgado de Orden Público número 1 había recibido durante la mañana de ayer las diligencias policiales en torno al caso Carrillo, y su titular, señor Gómez Chaparro, ordenó el ingreso en la prisión de Carabanchel del secretario general del PCE. Igual disposición fue tomada con el resto de los dirigentes comunistas detenidos también en la tarde del miércoles: Julio Aristizábal Cerezo, Victoriano Díaz-Cardiel González, Jaime Ballesteros Pulido, Juan Manuel Azcárate Diz, Pilar Bravo Castell, Simón Sánchez Montero y Santiago Alvarez Gómez.

Otro dirigente comunista, Ramón Tamames, permaneció también varias horas en la Dirección General de Seguridad, durante la noche del miércoles al jueves, fue puesto en libertad a las cuatro de la mañana, sin necesidad de diligencias judiciales.

Por otra parte, el abogado Jaime Sartorius, encargado por la familia Carrillo de las primeras gestiones relacionadas con la detención, quedó a su vez, detenido cuando, tras realizar infructuosas llamadas a la Dirección General de Seguridad y al Ministerio de la Gobernación -para tratar de averiguar si el señor Carrillo -había sido efectivamente detenido-, se acercó a la finca número 14 de la calle Padre Jesús Ordóñez, con el fin de tratar de obtener alguna información. En ese momento, funcionarios de policía procedieron a su detención y traslado a la Dirección General de Seguridad, sin que fuera aceptado el hecho, aducido por el letrado, de sus razones profesionales para intervenir en el caso.

Finalmente,el abogado señor Sartorius fue puesto en libertad a las cuatro de la mañana, tras prestar declaración. Una confusión informativa hizo que durante la noche del miércoles al jueves, y en la mañana de ayer, se creyera que el detenido había sido Nicolás Sartorius, cuando en realidad se trataba del abogado Jaime Sartorius.

Cuatro dirigentes del PCE, en Presidencia

Durante toda la mañana de ayer hubo contactos y conexiones indirectas entre personas allegadas a la dirección del Partido Comunista y los servicios de la Presidencia del Gobierno, mientras se desarrollaba el Consejo de Ministros en Castellana, 3. La razón de dichos sondeos y conexiones estaba relacionada con el propio desarrollo del Consejo, cuya mayor preocupación, ayer, se centró en la detención de Santiago Carrillo, junto a la situación interna de las Fuerzas de Orden Público.

Una delegación del PCE integrada por Ramón Tamames, Francisco Romero Marín, Luis Lucio Lobato y Ramón Ormazábal, llegó a primeras horas de la tarde a la sede de la Presidencia. El Consejo de Ministros continua:ba reunido, los cuatro dirigentes del PCE fueron recibidos por Carmen Díez de Rivera, directora del gabinete técnico del presidente del Gobierno, a quien hicieron entrega de una carta para el señor Suárez.

En dicho texto se manifiesta la enérgica protesta del comité ejecutivo del PCE por la detención de su secretario general y otros dirigentes del mismo, ya que este acto dificultará la convivencia que necesita el país para abordar los graves problemas políticos, económicos y sociales ante los que se encuentra. «Una vez más, subrayamos que esos problemas no tienen solución mientras se insista en marginar del juego democrático al Partido Comunista de España», dice la carta. Asimismo pide la libertad inmediata de Carrillo y la garantía de su seguridad personal y la del resto de los detenidos.

La directora del gabinete del presidente indicó a la delegación que inmediatamente pasaría la carta al señor Suárez, afirmando también que el Gobierno estaba preocupado por este hecho.

En relación con este tema, Europa Press transmitió un despacho en la tarde de ayer, en el que aseguraba, que el presidente del Gobierno y los miembros del Gabinete tuvieron inmediato conocimiento de la carta entregada por una delegación del Partido Comunista. Ello sirve como confirmación de que el gabinete técnico de la Presidencia pasó la carta, efectivamente, al señor Suárez, acompañada de una nota en la que se le informaba del temor que sentían los dirigentes comunistas por la vida de su secretario general.

Carrillo, en el hospital penitenciario

Santiago Carrillo y los demás dirigentes comunistas, puestos ayer a disposición judicial, se encontraban por la tarde en el hospital penitenciario de Carabanchel. De acuerdo con fuentes solventes, consultadas por EL PAIS, esto no quiere decir que el secretario general del PCE padezca lesiones o enfermedad, sino que más bien indica el deseo de proporcionarle mejores cuidados en razón de su edad y circunstancias.

«Santiago Carrillo se mostró aliviado al convencerse de que las personas que le habían detenido eran, efectivamente, funcionarios de policía», añadieron las citadas fuentes.

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