La devolución de poderes evitará tragedias como la del Ulster
La ley sobre devolución de poderes para Escocia y Gales se hace para evitar en esas dos regiones una tragedia parecida a la del Ulster, ha dicho Michael Foot, vicelíder laborista y ministro encargado de poner en marcha la legislación.Foot cree que si a finales del pasado siglo Londres hubiera dado poderes a los irlandeses del Norte, para tratar sus propios problemas, las diferencias sectarias que existen en este momento no hubieran aparecido con tanta violencia.
En una entrevista televisada, el vicelíder laborista ha defendido la legislación que ha presentado su Gobierno como el único medio de mantener la unión del Reino decidida hace ahora 270 años. bajo el mandato- de la reina Ana.
En 1707 ningún británico podía pensar en una descentralización como la que se pretende. La fortaleza de los nacionalismos ha obligado al planteamiento de la cuestión. Esa fortaleza, ha indicado Foot, ha dependido hasta el momento de la falta de poder de decisión que han tenido los pueblos de Escocia y Gales, principalmente.
Una vez situados los centros de poder que el Gobierno laborista quiere crear en Edimburgo y en Cardiff, el independentismo -cree Foot- dejará de tener razón de ser y quedará garantizada la coherencia de Gran Bretaña.
El terrorismo irlandés
La puesta en marcha de los presupuestos de la ley de devolución, asegura el ministro Foot, quitará sentido a toda acción terrorista, incluso para los más ardientes defensores de la independencia.En Irlanda del Norte, la falta de una legislación de esta clase ha desembocado en la lucha sectaria que se intensificó allí a partir de 1969. La devolución debió hacerse según Foot, a finales del siglo XIX. Al no haberse hecho a tiempo, la situación se ha ido deteriorando porque también se han acentuado las diferencias económicas entre la clase dominante, formada por los protestantes, y la clase minoritaria, la de los católicos. En esas circunstancias, los diferentes intentos de unir a ambas comunidades en un solo gabinete han fracasado repetidamente. La última vez que se intentó, en 1974, fueron los protestantes los que organizaron una huelga que acabó con la efímera existencia del Gobierno que presidía en Belfast el unionista Brain Faulkner.
Ahora Londres no quiere plantear ninguna nueva iniciativa hasta que los políticos del terrorismo no se pongan de acuerdo entre ellos.
La ley se seguirá debatiendo hoy, y mañana se efectuará la primera votación, de la que podrá deducirse cuales son las garantías que tiene el Gobierno laborista de poner la devolución en el código legal del Reino Unido. EL PAÍS habló con lan Mikardo, uno de los líderes de la izquierda laborista, qué en principio se oponía a la aprobación de una ley descentralizadora que no contemplara también los derechos de autonomía de las restantes regiones británicas, quien dijo que si la presión conservadora persistía para derrotar al Gobierno, en el debate de esta legislación, tanto él como sus compañeros de tendencia votarían por lo que Callaghan ha defendido en la Cámara de los Comunes. Si la Administración se atrae los votos de esa ala izquierda, las posibilidades de triunfo de la ley son máximas.
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