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Plan presidencial para modificar la ley electoral francesa

Jacques Chirac es un hombre de partido, pero no un hombre de Estado. Cada vez que yo le hablaba de inflación, él me correspondía con su política de partidos, con el electoralismo, como si los únicos problemas fueran los del comité director de la UDR. Este juicio sobre el antiguo primer ministro, parece que fue emitido la semana pasada por Giscard d'Estaing, en una comida íntima en la Asamblea Nacional francesa, organizada por la esposa del presidente, Lucie Faure.

En torno a la mesa, con Giscard d'Estaing, se sentaron varios intelectuales de izquierdas, como Gisele Halimi (abogado y feminista célebre), Jean Louis Bory y algún otro escritor que llegó a la Asamblea en bicicleta. Tales propósitos confirmarían que, una semana después de la «resurrección» del gaullismo, ya nadie duda, en el campo giscardistá, de que el rassemblement no apunta sólo contra el «colectivismo».'De ahí la información, de fuentes próximas al palacio del Elíseo, según la cual Giscard ya tiene afilada el arma con la que en última instancia destrozaría a los gaullistas y, paralelamente, si ello fuera posible, a la Unión de la Izquierda.El cuchillo vengador no sería otro que el sistema electoral proporcional. Se cree que el presidente tiene intención de proponer a la Asamblea la modificación de la ley electoral, reemplazando el actual escrutinio mayoritario, a dos vueltas, por el proporcional. El mayoritario fue introducido por De Gaulle en la Constitución, con una división geográfica destinada a favorecer al movimiento gaullista. La injusticia de este procedimiento fue denunciada en las últimas presidenciales por Giscard y por Mitterrand, los dos candidatos. Todos los partidos, excepto los gaullistas, lo rechazan.

Según cálculos que empiezan a prodigar los especialistas del Elíseo, en las últimas elecciones legislativas del 73, el sistema mayoritario consiguió que cada diputado centrista costara más de 90.000 votos, más de 70.000 un diputado comunista, 50.000 un socialista, y sólo 31.000 un gaullista.

El modo de escrutinio proporcional equilibraría la potencia parlamentaria de gaullistas y giscardistas y, en otra medida, ocurriría igual en el ámbito de la izquierda. Con ello, sus allegados piensan que Giscard conseguiría dos objetivos: domesticar a los gaullistas y, llegado el caso, sustituirlos por una parte de los socialistas, ya que, más equilibrada, la Unión de la Izquierda sería más vulnerable, y más sensible una fraccióndel PS al juego social demócrata que le propone el presidente desde que se instaló en el palacio presidencial. Chirac, por el contrario, ayer aún, declaró a un semanario americano que la alianza de los socia listas con los comunistas, es irreversible.

La operación se considera arriesgada, ya que el sistema proporcional pondría en peligro la actual mayoría de derechas.

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