Todo listo en Argelia para la apoteosis de Bumedian

Casi ocho millones de argelinos mayores de dieciocho años acuden hoy, viernes, a las urnas para elegir presidente de la República. Todo está listo para la apoteosis de Bumedian, candidato único, y se espera un «sí» multitudinario.

En los últimos días, el partido único, el Frente de Liberación Nacional (FLN), ha promovido manifestaciones masivas en apoyo del «militante Huari», como es designado por el periódico estatal El Moudjahid. El más importante diario argelino encabezaba ayer su primer y última página con una fotografía de Bumedian y un «oui» a toda plana. En árabe y francés, El Moudjahid reproduce un largo editorial explicando el sentido histórico del voto afirmativo.Radio y televisión dedican el grueso de sus espacios informativos al escrutinio de hoy. La movilización es general, y la televisión argelina difundió ayer unas espléndidas imágenes en color de las marchas y manifestaciones que apoyan la candidatura de Bumedian por todo el país. Con gesto enfervorizado, mujeres, «fellahs» (campesinos), estudiantes, trabajadores, hacen la apología del presidente.

En Argel, la capital, hubo grandes manifestaciones el miércoles, organizadas por el FLN. El ambiente ahora es de normalidad, con excepción de los millares de fotografías que, hasta en los portales de las viviendas, reproducen la imagen del candidato.

El Ministerio del Interior va a centralizar hoy el recuento de votos, pero los resultados definitivos no se conocerán hasta el sábado por la tarde. A las ocho de la mañana comienza la votación en todo el país. Vehículos «todo terreno» han llevado urnas a los lugares más inaccesibles: desde el oasis de Tuggurt hasta Tamanrasset, al Sur, en pleno Sahara. Urnas ambulantes han hecho posible el voto de algunas comunidades nómadas del desierto.

El escrutinio de hoy es el penúltimo acto de lo que aquí se denomina la transformación de la legitimidad revolucionaria en legitimidad constitucional. El último será la elección de la Asamblea Nacional Popular, en enero próximo. Tras el debate y aprobación de la Carta Costitucional, en junio, y de la Constitución, en el mes pasado, los argelinos acuden por tercera vez a las urnas en seis meses para refrendar al hombre que, en junio de 1965, asumió la dirección del Estado, al frente de un Consejo de la Revolución.

El presidente de la República, que debe ser argelino de nacimiento, musulmán y tener cuarenta años cumplidos, va a reunir en sus manos un cúmulo de poderes: elegido por seis años y reelegible, es el jefe de Gobierno, responsable de la defensa y presidente del Consejo de Seguridad Nacional. Sólo será responsable ante el congreso del FLN; el vicepresidente, si lo designa, y el primer ministro, son responsables ante él. Tiene la iniciativa de las leyes, junto con la Asamblea Nacional Popular, elegida por sufragio universal, directo v secreto.

Tan amplios poderes, según los autores del texto constitucional, están encaminados a prevenir conflictos divisionistas, como los que se han producido en China.

La opinión general aquí es que con la elección de hoy y con la de la Asamblea, el mes próximo, se coronará un reajuste institucional destinado a profundizar la vía socialista argelina, opción irrevocable según reza la Constitución aprobada en noviembre. En la cúspide del nuevo edificio político estará el Frente de Liberación Nacional, cuyas funciones de «reflexión y dinamización» se verán multiplicadas hasta el punto de que se prevé la disolución del Consejo de la Revolución, suprema instancia política argelina que presidente Bumedian, cuando a comienzos de 1978 se reúna el II Congreso del FLN.