Fernando Chueca,
cuyo proyecto de fachada para la inacabada catedral madrileña de la Almudena, permitió reiniciar las obras, comenzadas en 1883, y varias veces detenidas, ha dicho que terminar el edificio vendría a costar unos doscientos millones de pesetas. Algunos especialistas opinan que lo mejor sería destruir lo hecho y hacer una plaza en el solar. Otros, que habría que terminar las obras, modestamente, pero con decoro.
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