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Nuevas expropiaciones en la avenida de la Paz

Los barrios de San Pascual, Valdevivar, El Querol y varios núcleos aislados más a lo largo de la avenida de la Paz están amenazados de expropiación desde hace años, ya que el plan de la avenida prevé su desaparición para dar paso a las obras necesarias. Lo que los vecinos denuncian es que nadie se ha ocupado de solucionar el problema de alojamiento y que en muchos casos sus actuales viviendas «no estorban para nada las obras de la autopista, sino a las inmobiliarias que son dueñas de grandes solares y tienen unas perspectivas enormes de edificación».

En San Pascual comenzaron las primeras expropiaciones en 1972 utilizando incluso el expediente de declaración de ruina inminente, para acelerar el desalojo de los vecinos. En algunos casos se les echó simplemente pagándoles el alquiler de una habitación sólo para dormir, por lo que los días tenían que pasarlos en casa de familiares A otros se les pagó a razón de 400 o 500 pesetas el metro cuadrado de terreno. Así fueron desalojadas unas trescientas familias. Los terrenos que ocupaban están ya urbanizados (destinados para oficinas e industrias limpias), con un coste de urbanización alrededor de las 1.000 pesetas por metro cuadrado.Hacia 1974, coincidiendo con la crisis de la construcción, ante el «parón» de obras de las inmobiliarias y el creciente auge de los movimientos de vecinos, las expropiaciones cesaron y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de las intenciones de la Administración, aunque legalmente podrían recomenzar en cualquier momento.

Los vecinos, que habitan casas bajas, pequeñas y sin las menores condiciones higiénicas, no se oponen a la expropiación en sí, sino a que se haga antes de que se les faciliten unas viviendas dignas.

En Valdevivar y El Querol el problema es similar, aunque en este caso quien expropia es la Junta de Compensación, en la que participa de forma especial la Inmobiliaria Hispano Alemana, SA. Aunque para construir la autopista sería necesaria, una simple franja de terreno a ambos lados, el polígono es desmesuradamente ancho-, y se prevé construir viviendas para más de 30.000 personas. Los vecinos afectados han sido llamados por grupos pequeños a la Gerencia Municipal, donde se les instaba a firmar un «acta previa a la ocupación», lo que significa realmente que pueden ser desalojados inmediatamente.

En conversaciones con el gerente de Urbanismo, éste les informó que no hay viviendas disponibles para trasladarles, aunque semanas antes el jefe del Negociado de Expropiaciones les había prometido verbalmente que no se les lanzaría antes de que las tuvieran otorgadas.

Mientras, la Inmobiliaria Hispano Alemana, SA, sigue adquiriendo parcelas y derribando las casas para dejar la zona «limpia». Por su parte, los concejales de los distritos de San Blas-Hortaleza y Ciudad Lineal, han prometido intentar detener la expropiación. Los vecinos insisten en que se obligue a Hiasa a cumplir el convenio que firmó en el 1968 con la Gerencia.

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En el Puente de Vallecas hay una serie de casas sujetas a expropiación, aunque aún n.o se sabe su número. Ya han comenzado a recibir notificaciones, y parece que en este caso se ha subido los índices de indemnización para los propietarios, que se sitúan en 1.500 pesetas para los solares y 4.000 pesetas por metro cuadrado edificado.

En todos los casos, por formar parte de un plan especial, las expropiaciones tienen el carácter de urgentes y forzosas, lo que quiere decir que se les puede echar primero y discutir luego las condiciones.

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