_
_
_
_

Los partidos políticos no aprueban el acuerdo Libia-FIAT

El ministro italiano de Comercio, Rinaldo Ossola, viajará los próximos días 18 y 19 a Trípoli. Aunque el señor Ossola ha precisado que su visita a Libia no tiene nada que ver con la última operación de este país con la Fiat, es de esperar que sus conversaciones con los dirigentes libios incluyan la compra de acciones que el país árabe ha realizado a la primera compañía italiana. El titular de Comercio señala, incluso, que su viaje estaba programado antes de ser nombrado ministro.

La escalada de dominio de Libia no es probable, ya que Agnelli, el patrón de Fiat, puede contar con más del 50 % repartido así: IFI (Financiera de la Familia Agnelli) controla el 33,6 % del capital social; Fundación Agnelli, el 1,30 %; grupo Pirelli, el 4 %; Medioblanca, el 0,25 %, y, el IMI (Fondo de inversión), el 3 %.En total, el 42 %, que con algunos paquetes más de la familia Agnelli y un par de paquetes americanos, supera el 50 %; es decir, el control absoluto de la sociedad. ¿Son justificados los temores de Agnelli? Por si acaso, para consolarse, ha pasado el fin de semana con su amigo Rockefeller, presidente del Chase Manhattan Bank, quien un par de veces al año se da un paseo por Italia para hablar con políticos y financieros.

Si Agnelli puede estar seguro de su bolsillo, se muestra más preocupado por la lógica en que su operación se mueve. Es evidente que se mueve en la lógica del capitalismo occidental. Ahora bien, ¿se puede aceptar esta fórmula a ojos cerrados en puertas de 1977 Italia responde así: los sindicatos quieren saber directamente si la operación significa, en definitiva, desentenderse del país. Según acuerdos ya firmados, quieren ser informados sobre la política de inversiones, no creen en la acción parlamentaria y opinan que la operación tiene que estar destinada a la reconversión industrial. Los republicanos quieren que el Gobierno diga en qué contexto político internacional se desenvuelve la operación. Los socialistas ven un signo de despedazamiento del sistema industrial italiano. Los comunistas creen que la mitad de ese dinero quedará fuera del país, denuncian la ausencia de una política industrial y esperan nuevas relaciones internacionales en el Mediterráneo y con el tercer Mundo. Las inversiones Fiat sirven sólo a aumentar la productividad, pero no la producción global. Argumenta que la Fiat ha aumentado los precios cinco veces en un año. Los democristianos quieren también que del asunto se ocupe el Parlamento, pues será una ocasión para conocer el estado de salud de la industria. Los industriales aplauden y acusan a los partidos de provincianismo y de complejo de inferioridad, por no haber sido consultados.

La Bolsa, mientras tanto, va viento en popa. El viernes se pagó un título ordinario de la Fiat a 2.092 liras. En París ganó-5,5 francos y en Francfort, 4,2 marcos. Un misterio queda por resolver: ¿Por qué los libios no han pretendido garantías de cambio y han aceptado la suscripción de obligaciones en liras con un interés muy bajo qué sólo se logra de Gobierno a Gobierno, en divisas?

Ante lo que el semanario The Economist ha definido como la gadafización de Italia, se espera que el coronel Gadafi comience a construir su sonada colonia turística en el pelado y abrupto monte Bugeber en la isla de Pantellería, donde hace dos años compró 140 hectáreas a 240 liras el metro cuadrado, y el hotel llamado Las tres piedras. También entonces se habló de atentado a la soberanía, por lo menos de la isla.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_