Limitaciones comunitarias a la pesca española
La CEE quiere firmar en materia pesquera una serie de acuerdos «cuadro» con países terceros, que serían revisados anualmente en función de las reservas de cada especie de pescado que se encuentre en las doscientas millas de aguas comunitarias.
Tal ha sido, en síntesis, el argumento que la CEE ha presentado a la delegación española que intenta negociar la salvaguarda de los intereses pesqueros españoles.Cada delegación se retira a «meditar». Se espera una nueva sesión antes de fin de año.
Los españoles, bajo la dirección de Alberto Ullastres, embajador de España ante la CEE -que será relevado en breve-, repitieron -con mayor alarde de datos y argumen tos jurídicos- sus razones para conservar los derechos de pesca en el interior de la futura zona CEE de doscientas millas. Ya lo habían dicho durante la primera reunión del 16 de noviembre.
Los comunitarios, dirigidos. por Raymond Simonet, director de pesca de la Dirección General de Agricultura de la Comisión, Europea, definieron la idea de conjunto de la CEE para países terceros, que se divide en dos partes: 1) la CEE dejará pescar en sus aguas a Noruega, Islandia y las islas Feroe, en igualdad de condiciones que los pescadores comunitarios, porque son países que ofrecen contrapartidas pesqueras a los nueve; 2) los demás países terceros (como España) que no pueden ofrecer contrapartidas, podrán acceder a las aguas comunitarias en función de los stocks de pescado y de las especies que deseen capturar. Deberán anunciar el número de barcos, sus características y la duración de su estancia en aguas comunitarias. E
Entre España y la CEE no habrá problemas importantes en la zona cantábrica, donde rigen derechos históricos entre España y Francia. Sí, en cambio, hay que esperar limitaciones progresivas para la zona de Gran Sol.
La idea de acuerdos anuales lanzada por la CEE equivale a una limitación paulatina de las posibilidades de capturar y obedece a motivos políticos. Los nueve no pueden echar, por la fuerza, a los barcos de países terceros que entren en aguas CEE a partir del 1 de enero de 1977. Intentarán limitar su presencia por vía de acuerdos bilaterales anuales, y controlarán así su riqueza pesquera con prioridad absouta para sus pescadores, que es su objetivo principal.
«Las reservas de pesca son limitadas. Si pedimos un sacrificio a nuestros pescadores, es lógico que lo impongamos también a pescadores de países extracomunitarios», declaró a EL PAIS Simonet, al término de la reunión.
«Estamos dispuestos a llegar a un acuerdo, siempre que salvaguarde nuestros intereses», dijo Ullastres, en rueda de prensa con los periodistas españoles.
A la espera del acuerdo, una sola cosa queda clara: los derechos de los pescadores españoles en la zona de doscientas millas comunitarias no serán nunca más como hasta ahora..., salvo que el Gobierno españoI decida un día caminar hacia la integración total de España al Mercado Común.
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