Morir en «La Paz»
En el número de EL PAÍS correspondiente al día de hoy, 20 de noviembre, y bajo el título Muere por falta de asistencia médica, se alude directamente a un posible fallo en esta residencia, sobre lo cual desea esta dirección puntualizar lo siguiente:La enferma Patrocinio Jiménez Jiménez, con cartilla de la Seguridad Social número 28/969508, domiciliada en Santo Domingo, 10, del barrio de La Fortuna, acudió el jueves 11 de noviembre a las 15 horas al Servicio Médico de Admisión de la Residencia General de La Paz, y su familia fue inmediatamente informada de que su asistencia urgente no correspondía al sector tributario de La Paz y de que no había cama alguna disponible para su hospitalización. Aun así, fue reconocida por el médico de guardia antes de devolverla a su domicilio, sin que se le encontraran signos peritoníticos. El hecho triste de que falleciera algunas horas más tarde, no justifica la afirmación del periodista «Muere por falta de asistencia médica», ni la afirmación del médico que certificó como causa de muerte una peritonitis, cuando acudió a su casa poco después del fallecimiento, y pese a que pocas horas antes él mismo la había remitido a La Paz, como un cólico nefrítico. Si efectivamente, según dice EL PAÍS, el citado médico «sigue sin comprender cómo ha podido suceder», debió certificar fallecimiento, de causa desconocida y dar el correspondiente parte al juez de guardia y la autopsia hubiera aclarado la causa real de muerte, ya que un cólico nefrítico puede prolongarse muchos días, pero no es por ello rápidamente mortal.
Por otra parte, es obvio que, desgraciadamente, la medicina no es todavía una ciencia exacta y el juicio clínico es siempre difícil y sujeto a error, aun con todas las exploraciones y técnicas actuales. Más aún, es dificil enjuiciar la evolución ulterior seguida por un enfermo fuera ya de nuestra observación inmediata. Es bien conocido que a los pocos minutos o a las pocas horas de un chequeo exhaustivo normal, puede una persona fallecer de un infarto miocárdico o de una apoplejía, sin que nada hubiera permitido preverlo.
Es igualmente obvio que casos como este se repiten forzosamente cada día en todos los hospitales porque no se dispone de camas para hospitalizar a todos los enfermos que llegan al servicio de admisión en número siempre creciente. Pero, aun así, no se rechazan en esa guardia de urgencia casos correspondientes a sectores urbanos asignados a otros hospitales, cuando se consideran necesitados de inmediata intervención quirúrgica. Atribuir el fallo a La Paz que es precisamente el hospital más sobrecargado por la urgencia, y primera víctima de esa sobrecarga, es afirmación inadmisible.
El periodista que ha redactado esa nota habló directamente con el inspector médico adjunto a la dirección, quien le dijo no tener noticia del caso hasta el momento, puesto que no se había presentado antes reclamación alguna, y que tenía que consultar con la Central del Servicio de Admisión y con la Jefatura de Guardia correspondiente, para poder facilitarle datos concretos. Se le invitó a que acudiese personalmente a la mañana siguiente a esta residencia, para tener recogidos estos datos, sin que se haya presentado hasta ahora, pues dijo consideraba urgente la publicación de esta noticia.
La Ciudad Sanitaria inicia desde este momento una investigación completa sobre este caso, y dará cuenta de sus resultados a los organismos superiores de la Seguridad Social, así como a los medios informativos.
Director médico de la Residencia General «LaPaz»
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