La Convención de La Haya quiere evitar los matrimonios clandestinos
Acaba de regresar de Holanda la delegación española que intervino durante quince jornadas consecutivas en los trabajos de la «Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado».Esta conferencia funciona como oficina permanente y es convocada cada cuatro años. En una convención de 1970, por ejemplo, se trabajó sobre «Reconocimiento de divorcios».
En esta decimotercera sesión plenaria se ha elaborado un proyecto de convención sobre «Reconocimiento internacional de matrimonios», en el que intervinieron por parte española Miguel Herrero, secretario técnico del Ministerio de Justicia, Julio Gónzález Campos, catedrático de Internacional en la Universidad de Oviedo, y Luis Fernando Martínez Ruiz, diplomado de la Academia Internacional, de La Haya y magistrado juez, número cuatro de Madrid. Con este último mantuvo EL PAIS una entrevista.
- ¿Cuál ha sido el tema tratado por ustedes en esta última sesión plenaria?
- El objeto de esta convención es unificar enlos diferentes países las normas sobre validez de matrimonio y evitar en lo posible la existencia de los que se llaman matrimonios clandestinos o «cojos», por estar reconocidos en unos países y en otros no.
- ¿Qué resultados se espgra obtener?
- Sin esta uniformidad de normas que se persigue en el convenio, ocurre que una misma persona puede tener a la vez los estados de casado, soltero, divorciado o bígamo, según el punto de vista de la legislación de cada país. Y resulta extraño y grotesco que en el último tercio del siglo XX ahora que los medios permiten desplazamientos rapidísimos, que una persona pueda pasar en unas horas por estados tan contradictorios.
-¿Conclusiones en este proyecto de convención?
- La principal será que un matrimonio válido conforme a las leyes del país de la celebración, tendrá que ser reconocido, así y producirá plenos efectos en todos los países que firmen la convención.
- ¿Qué pasará con los matrimonios celebrados por españoles en el extranjero?
- Si España firma y ratifica esta convención estos matrimonios tendrán validez en nuestro país, salvo casos especiales, como por ejemplo los que supongan bigamia, o los realizados por ordenados in sacris.
- ¿Y los sacerdotes que se casen en el extranjero?
- Hoy por hoy, la legislación española repelería la identificación de ese matrimonio, y la convención tiene un mecanismo de salvaguarda que rechazaría este reconocimiento.
- ¿Y los matrimonios entre homosexuales?
- No, por este mismo mecanismo de salvaguarda. El matrimonio en España es el eclesiástico para los que profesan la religión católica, que es la mayoría de la nación.
- ¿Cómo se resolverá, caso de ser firmada, la situación por ejemplo, de una española que pretende casarse con un extranjero divorciado de un anterior matrimonio?
- Habría que supeditar el reconocimiento de este matrimonio a que España ratificara la convención sobre Reconocimiento de divorcio, realizada ya por esta conferencia en 1970. Pero España no ha firmado esta convención sobre el divorcio.
En España la forma más frecuente de celebración conyugal es aquella en la que predomina la ceremonia religiosa sobre la civil y fuera de nuestro país ocurre lo contrario. La ceremonia civil precede en valor a toda otra circunstancia. Si el Estado. español ratificase en sus Cortes la firma de este proyecto con los demás paísel, dejarían de ser tratados como extraños los matrimonios civiles del extranjero y nuestra forma canónica de unirnos recibiría fuera igual trato.
Veintiocho países de distintos continentes han participado con delegaciones!
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